Este camino de gloria comenzó allá por 2015, cuando Boca disputó la final de la Copa Argentina con Rosario Central. El encuentro era mediocre y los xeneizes no le encontraban la vuelta. Todos esperaban una apilada de Carlitos Tévez o un cabezazo de Calleri, pero el que apareció fue Ceballos. El árbitro se puso el equipo al hombro, y con una actuación descollante obtuvo el primer título de su carrera.
En el 2016 llegó la hora de los festejos internacionales: apareció la tan ansiada vuelta en la Libertadores. Dirigió los 14 partidos de Boca en la Copa y obtuvo unos números increíbles: 16 penales a favor, 13 rojas y 20 goles anulados a los rivales. Después vino la final contra el Real Madrid en el Mundial de Clubes. Como siempre, Ceballos aparecería en las difíciles: a los 20 segundos de juego echó a Cristiano Ronaldo por acomodarse el peinado. En ese partido, el árbitro sacó solo 6 tarjetas: 4 rojas para los merengues y 1 amarilla para Pablo Pérez, claro. La sexta tarjeta que sacó fue la de débito, para chequear en el cajero si Angelici le había hecho el depósito correspondiente.
En el 2017 ya tenía a la hinchada en el bolsillo. Desde la tribuna volaban papelitos cuando salía el colegiado. Todos los partidos se escuchaba un ensordecedor “que de la mano, de Ce-ba-lli-tos, todos la vuelta vamos a dar”. El “Diegooo, Diegooo” que no se oía desde la época de Maradona volvió a resonar en La Boca. El punto de máximo idilio con la hinchada fue cuando el mismísimo Rafa Di Zeo decidió rebautizar a la Barra Brava xeneize como “La 13”, porque el jugador número 12, sin dudas, era Ceballos. Hasta el Vasco Arruabarrena cambió el esquema, con Diego como titular indiscutido pasó de su clásico 4-3-3 a un 4-3-3-1.
El 2018 fue, sin dudas, el año donde Ceballos explotó. Ganó todos los partidos que jugó, alzándose con los 5 títulos que disputó con Boca en esos doce meses: los torneos locales “Ésta vas a cobrar, Griesa” y “La Cámpora es más grande que Pelé”, la Copa Argentina, la Recopa Argentina y la Copa Libertadores.
Pero el día más importante de la carrera de este simpático referí fue aquel recordado 25 de abril del 2021. Ese día se disputaba el Superclásico, faltaban solo dos minutos, Beligoy salió lesionado y, para la algarabía del pueblo xeneize, entró “el jugador número 12”. Luego de cobrar un dudoso tiro libre en la mitad de la cancha, el árbitro subió al área de River. Tras el envío del arquero, Ceballos entró solo por el segundo palo y conectó el envío que se coló en el arco Millonario. Ese gol selló la idolatría histórica y, además, le daría a Boca una victoria agónica y vital de cara a un nuevo campeonato.
Ceballos no dirigiría nunca más un partido, ya que la Asociación del Fútbol Argentino había recibido varias quejas de parte de todos los clubes de que el árbitro favorecía levemente a Boca Juniors. Si bien esas sospechas nunca fueron confirmadas, la casa madre del fútbol argentino decidió apartar a Ceballos del referato como muestra de transparencia.
Desde el 2022 y hasta la fecha, Diego forma parte del plantel profesional xeneize de manera honorífica, y tras la obtención de la Copa Argentina, ayer por la noche, rompió el récord de Battaglia y pasó a ser, definitivamente, el máximo ídolo de la rica historia xeneize.
ADELANTADO DEL TIEMPO
