Los destratos hacia Tévez comenzaron con aquella polémica jugada en la que Carlitos quebró al juvenil de Argentinos Juniors, Ezequiel Ham, lo que derivaría en terribles consecuencias para el jugador del Bichito: tardó casi un año en volver a jugar al fútbol, perdió sensibilidad en su pierna derecha y, quizás la peor de las secuelas, se hizo fanático de Tan Biónica. Desde entonces, Tévez empezó a sufrir una injusta condena social.
A principios del 2018, cuando el conflicto parecía terminado, un nuevo hecho desafortunado se interponía en el camino de Carlitos. En pleno Superclásico, el Apache fue a cabecear en un córner y, de buenas a primeras, le pegó un tucumano al juvenil Mammana. Una vez en el suelo, empezó a pegarle patadas en la cabeza, a punto tal de dejarlo inconsciente durante dos años. El delantero fue apercibido verbalmente por el árbitro, quien le recomendó que “no lo haga más porque eso no está bien”. Carlitos confesaría ante las cámaras al término del encuentro: “Me confundí a Mammana con la pelota, por eso lo cabecee y cuando lo ví en el piso, intenté patearlo. No fue mala leche, ustedes me conocen”. Con un argumento tan claro y contundente, el humilde Apache fue elogiado por periodistas e hinchas de todo el ámbito futbolístico. Además, se hizo cargo económicamente de los gastos de las 27 operaciones del jugador y una vez le invitó un jugo Baggio de pera. La Legislatura de la Ciudad le entregó ese mismo año el Premio Miguel Del Sel, al mérito a la solidaridad y la paz entre hermanos.
Para el año 2021, una encuesta realizada por la prestigiosa consultora La Usina entre más de 1.000 jugadores y Desábato arrojó resultados sorprendentes: el 94% de los deportistas preferían jugar en Racing o ser ídolos de Gimnasia antes que cruzarse con el Apache, ni siquiera en el almacén haciendo mandados.
En 2023, en un partido de la Fundación PUPI, ocurrió lo impensado: Matías Alé le robó una pelota a Tévez en mitad de cancha y, cuando el George Clooney de La Salada se escapaba, Carlitos le perforó el pulmón con una birome Bic. El actor frenó su marcha y el Apache recuperó la pelota. De todas formas, el árbitro detuvo el contragolpe del equipo de Carlitos y cobró pique, ya que consideraba que no se podía seguir la jugada con tanta sangre en la cancha.
En un mano a mano con Luis Majul, el Apache, luego de declarar que era feliz, dijo: “ahora todo el mundo habla de Alé, ¡Fui a trabar, Luis! Lo de la lapicera era para firmarle la camiseta. Todo el mundo me conoce, sabe que no soy mala leche. ¿Por qué no hablamos de la pobreza de Salta? ¿Eh? ¿Por qué no decimos que en Jujuy los nenes no van a la escuela? ¿Sabés lo que siento? Que no quieren ver la verdad, Luis…”. Tévez hizo quebrar en llanto a toda la audiencia, mostrando su humildad y, ante todo, su sentido humano tan característico.
Esperamos que el desafortunado accidente que protagonizó ayer con el joven de Guillermo Brown no se convierta en otro ataque infundado hacia Carlitos Tévez, indiscutible ídolo popular, el jugador del pueblo, el tipo que siempre está pensando en el prójimo.
ADELANTADO DEL TIEMPO