Marcelo Gallardo: “Es una estupidez pensar que River está atravesando un bajón”.
River está pasando por un bajón de la conchísima madre. Bajones así solo se los vi a Archubi después de encerrarse una horita en la concentración. Futbolísticamente, a veces no sé si estoy dirigiendo River o a los de “Atlas, la otra pasión”, si es Carlos Sánchez o Wilson Severino. Los jugadores parecen sacados de una liga de hemipléjicos. Y moralmente, hablarles a estos tipos es como intentar motivar a una troupe de autistas. Ganamos la Copa y estos pelotudos se pusieron a hacer la plancha ahora que peleábamos el torneo. ¿Perder con Estudiantes? ¿Empatar con Huracán? ¡Son unos hijos de puta! ¡Falta que nos haga partido Crucero del Norte! ¿Qué están esperando estos forros? ¿Que nos gane Aldosivi, también? Ah, eso ya pasó, cierto.
Pity Martínez, después de gritarle el gol a Huracán: “Me arrepiento, pido perdón, fue el momento de euforia”.
¿No me arrepiento del peinado que tengo y me voy a arrepentir de gritarle un gol a Huracán? ¡Jajajajajaja! ¡Se me ríe la uretra! Volvería a gritar el gol una y mil veces, hasta destruirme la garganta y empezar a chorrear sangre por la boca, que se me desgarren las cuerdas vocales y me explote la lengua. Me chupa un huevo Huracán, mis orígenes, la ética y la reputísima madre que lo remil parió a Babington. No pido perdón un choto, y no fue por el momento, estaba tranquilísimo, cuando la metí tenía menos euforia que Virginia Lago cuando hierve un paquete de arroz.
Germán Delfino, tras suspender Godoy Cruz-Racing: “No había manera de controlar a la gente en las tribunas”.
Había muchas maneras de controlar a la gente en la tribuna, lo que pasa es que el policía más ágil y preparado del operativo tenía 180 centímetros de cintura y 302 de tetas. Controlar a la gente es una boludez: bala para todos lados, con una ametralladora, cinco minutos antes de empezar el partido. Meter 87 kilos de trotyl en las tribunas y volar a todos los macacos estos a la mierda. Rociar las gradas con ácido desde un helicóptero. Incendiar los molinetes mientras van entrando los hinchas. Francotiradores apostados en zonas estratégicas capaces de perforar el cerebro del primer imbécil que agarre una piedra. Pero no hay caso, lamentablemente el fútbol padece mucha violencia.
Edgardo Bauza: "No me preocupa haber perdido la punta".
Me quiero morir, quisiera tener ahora mismo un 38 y ponérmelo abajo de la pera y hacerme volar el marulo a la mierda. Estoy más preocupado que el abogado del countrista que mató a la mujer en Pilar. Esta semana voy a llamar a la psicóloga y le voy a decir que me dé doble turno, mañana y tarde. De sólo pensar que puedo perder el torneo local contra un club de fuertes componentes limítrofes, me agarra una depresión de la gran puta. Vivo estresado como prisionero del Estado Islámico. Estoy tan preocupado que a la noche tengo que mirar videos del Boca de Falcioni para conciliar el sueño.
Gabriel Heinze, tras el banderazo de los hinchas de Godoy Cruz para que se vaya: "Me duele, pero el hincha puede expresar lo que siente, tengo convicciones para seguir".
Primero, lo que me duele es el frenillo, que se me corta en cualquier momento si sigo poniéndosela a todas las mendocinas que me cruzo; segundo, los hinchas no saben expresarse, son una banda de narcoborrachos que no terminaron el preescolar y es posible que no sepan dibujar una O con el culo de un vaso. Son capaces de decirme "Einze", como el retardado de Araujo, en lugar de "Jeinze", que es como se pronuncia o como queda lindo. Pero qué le vas vas a hablar de expresión a estos simios, si tienen menos educación que El Polaco. Ah, y tercero, tengo convicciones, cualquiera que ingrese mes a mes a mi CBU las puede ver.