Hoy toca hablar de un equipo que entre torneo local y Copa Argentina, lleva cuatro victorias consecutivas fruto de un alto nivel futbolístico y actitudinal. Vamos a hablar de Quilmes. Suena un poco raro decirlo, pero desde el cambio de técnico se logró algo impensado, lo que siempre se desea pero poco se cree, y que cada vez parece menos ilusión y más una realidad que ha empezado a darse.
Facundo Sava se hizo cargo de la dirección técnica de un Cervecero irregular, con mentalidad derrotista y que no lograba hacer más de un buen partido cada tanto. Lo raro es que da la impresión de que el plantel hubiera sido armado por él, ya que el juego que propone es justo para los jugadores que tiene, porque presiona, triangula en ataque y busca el gol cualquiera sea el resultado. Esto me genera el interrogante de por qué el saliente Falcioni, con la posibilidad de armar el plantel a su gusto, formó un equipo que a priori tenía determinadas características, cuando a él como técnico le resultaban otras. Uno veía los nombres de Quilmes y no coincidían con la táctica que él proponía, por lo que se desperdiciaban jugadores en funciones que no les favorecían.
En este presente, los mismos que todos querían enfrentar porque eran blanco fácil, son un rival que impone cierto respeto. Es que desde el comienzo del ciclo, Quilmes con justicia se cargó de local a Racing, que había empezado ganando y quería prenderse en la lucha por el título. En esa semana, consiguió con autoridad el pase en Copa Argentina contra Independiente Rivadavia de Mendoza. Poquito después visitó a Tigre, otro que quería prenderse en la lucha, y se trajo de Victoria otro triunfo. Esta vez, después de un parate de dos semanas que traía miedo de que se apagaran la intensidad y el envión, el Decano dio vuelta otro partido, a un Rosario Central que había perdido uno solo y, para variar, tenía la chance de quedar como único escolta.
Acá pasó algo, afortunadamente algo bueno y totalmente innegable. Este equipo da ganas de ser visto; hace pensar que se puede cualquiera sea la situación; aunque esté abajo en el marcador, no se deja doblegar, e incluso cuando está en desventaja, deja un resto de satisfacción en el hincha. Los protagonistas son los mismos, pero el equipo es otro.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO - @Adrian28qac