Eeeeeeeeeeeeeh… hay tres cosas que… eeehhh… es muy…. eeehh… hay tres cosas que… ehhh… es imposhible que pasen… Una, es, ehhh… que Pelé se desvirgue de nuevo… eehhh eeeeh… La segunda… es que eeehhh… Toti Pasman…. eeehh… El Toti Pasman se la… se la pueda sacar de adentro… Y la tercera… es eeehh… es que… yo sea vice de la FIFA… eehhh… a lo sumo puedo ser el padre y no saberlo… ehhh... eso ya me ha pasado… Y Tinelli… ehhh… lo voy a limpiar… ehhh… si se caga encima… o si se mea… eehh... por si… por si también soy el padre… eeeehhh...
Tinelli: "Me dijeron que Maradona no estaba muy bien cuando hablaba".
No me dijeron nada. Yo mismo vi que Maradona se caía a pedazos. El cerebro no le da más. Tiene el hámster agotado dentro de una ruedita oxidada. Parecía que se había aspirado un container de merca, acompañado por una regadera de whisky. Antes arrastraba rivales, y ahora arrastra las letras. Se le entiende menos que a Marta Minujín. En ese estado no puede hablar mal de nadie, porque en realidad no puede hablar. Está tan duro que solamente puede balbucear sonidos guturales. El único que lo podría salvar de la muerte en el corto plazo para dejarlo medio emo es Palito Ortega, pero tengo mis dudas.
Jonatan Calleri: “Tengo ganas de quedarme”.
Quiero tomarme el 152 acá en La Boca, sobre la avenida Almirante Brown, bajarme en Olivos, contratar un helicóptero que me lleve a la Triple Frontera, subirme a un submarino que me deje cerca de un aeropuerto de Münich y tomarme el primer avión que me deje quince cuadras más allá de la mismísima mierda. A jugar a Qatar, a China, a la India, Islas Feroe, Cuba, Tanzania, me chupa bien la piel que divide el ano del saco testicular. Solamente quiero irme de este club. No me importa ni la competitividad de la liga a la que vaya, soy capaz de jugar de 4 en un equipo de la sexta división de Sudán. Siempre que sea arriba de 40 palos mensuales y de color verde, me voy.
Miguel Russo, sobre el joven Pérez Acuña tras su expulsión: "Tiene incapacidad de aprender, no piensa".
Hay que ser comprensivos. El chico Pérez Acuña es joven, tiene mucho por conocer, y sobre todo, tiene mucho futuro. Debe aprender algo de esta experiencia, preferentemente un oficio: carpintería, paisajismo, panadería, origami, tallado de frutas o cualquier cosa que le dé de comer el día de mañana, porque yo a un pendejo tan pelotudo como éste, tan cabeza de termo, tan pabloledesma, con tanto infarto cerebral en curso, no lo pongo nunca más, ni aunque en el banco haya una manada de chimpancés comiendo banana.
Vasco Arruabarrena, tras el 4 a 0: “Sirve para levantar el ánimo”.
El 4 a 0 no sirve para una chota. Fue como jugar contra un combinado de la fosa común del Jardín de Paz. Eran unos muertos terribles. Es como que te sientas motivado después de ganarle a Chicago, que es más fácil que venderle falopa a Andrea Rincón. No te podés hacer el pija con equipos así, y decir “uff, le ganamos a Newell’s 4 a 0, cuidado con nosotros”. Cualquiera que haya visto a Newell’s en los últimos seis meses sabe que Nicolás Repetto últimamente es más exitoso que ellos.
Sebastián Torrico por el penal atajado a Chiqui Pérez: “Me tocó la suerte de adivinarle la intención y poder atajarlo. Traté de esperarlo lo que más pude”.
Traté de esperarlo lo más que pude, pero el obeso mórbido de Pérez corría tan lento hacia la pelota que en un momento me estaba embolando tanto que pensé en prenderme un pucho o hacerme una cobarde. ¡Qué lerdo es el gordito! Adivinarle el palo fue lo más fácil, me acerqué antes de que pateara y le dije: “Te apuesto un Big Mac con papas grandes a que no lo pateás a mi izquierda”. Y bueh, ahora le debo un combo, pero el penal lo atajé.
