Finalmente llegó el momento de la despedida de Jorge Almirón. A esta altura, mucha gente lo esperaba y los no tan críticos, como quien suscribe, reconocían un desgaste irreconciliable.
El paso del Comandante por Independiente estuvo marcado por todo tipo de polémicas, pero también hay que reconocer una cuestión ineludible: sus números. El entrenador cosechó una buena cantidad de puntos y ese mérito es indiscutible.
De entrada se mostró como un tipo original, ¿revolucionario? Sus planteos tácticos siempre fueron muy audaces y se destacó por una ambición poco habitual en nuestro fútbol argentino de cada día.
También trajo discusiones sus decisiones, no sólo de marginar al Rolfi Montenegro e Insúa (acertadas, a mi modo de ver), sino también por modificaciones dentro de los partidos: Cambios en el primer tiempo, dobles cambios en entretiempos y cambios tardíos.
Por todo esto y un equipo que no logró ensamblarse ni solidificarse en las últimas semanas, Almirón deja el cargo, sin cobrar el contrato por completo (dato no menor).
Balance positivo en su gestión y mostró ser un hombre íntegro. De mi parte, un prudente "Gracias y hasta pronto".
Ahora, lo que viene es una danza interminable de nombres: Guillermo, Cagna, Pizzi, Mohamed, Pellegrino, Troglio, Burruchaga, etc.
Mi voto va para Luis Alberto Islas. Quien ya realizó sus primeras armas (Aurora -Bolivia-, Almagro, Central Norte -Salta-, Racing de Córdoba y ayudante de Gallego), se adecúa al momento económico de la institución, conoce perfectamente al club y puede interpretar el estilo histórico de Independiente.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
