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30 abril 2015

DI ZEO CHARLA CON DIOS


30 abril 2015

DIOS: ¡Qué fuertes están las minas de Gran Hermano! Les doy hasta que a Mercado le salga el cogote... ¡Uh! ¿Quién carajo me está llamando a esta hora? Espero que no sea Massa, ya le dije que el quilombo de los votos lo tenía que arreglar con Magnetto… ¡Sí, hable...!

DI ZEO: ¿Qué haces papu? Te habla el Rafa.

DIOS: ¡Rafa querido! Andás jodido para llegar al 1 de nuevo, ¿no? ¿Necesitas que le clave un par de mellizos al Serbio? Lo puedo hacer, pero con Federer ya me pasé de la raya. Van a sospechar. ¿O mejor otro dóping adulterado para el próximo Grand Slam?

DI ZEO: No, papito. No soy Nadal, aunque mi nombre es Rafael.

DIOS: Mmm… ¿El cantante? ¡Me muero! A vos te dicen pan de Viena: te meten la salchicha y quedás pancho.

DI ZEO: No, padre. Yo no me como ninguna. Habla el Rafa Di Zeo, el capo de la 12, el “namber uán”. Yo canto, pero agarrado del para-avalanchas. Me gusta el escándalo, pero el que cubre Grabia. Soy el barrabrava más importante del mundo.

DIOS: ¿El capo de la 12? ¿Pero ese no era uno que me olvidé de darle el apellido?

DI ZEO: El del apellido es Mauro Martin, sí. Ese ortiva me afanó el control porque yo caí adentro. Pero ahora recuperé todo. Aparte, a mí no me vas a venir a sanatear vos. ¿Quién sos? ¿A quién te comiste? Parate de manos, gato. ¿Querés que te vayamos a visitar con mis muchachos?

DIOS: Ay, qué miedo…¡mirá como tiemblo! Flaco, ¿Quién te pensas que soy? ¿Michael Fox? ¿Berugo Carámbula? Estás hablando con Dios. Yo no tengo problema en mandarte a MIS muchachos. Tengo un querubín acá que te pone una mano y te esconde bajo tierra. No te hagas el piola.

DI ZEO: A mí no me amenaces. Vos sos un verso, no existís. Seguro estoy hablando con una máquina. Vení si sos guapo, vení a buscarme.

DIOS: Te equivocás feo, flaco. Acá la cosa es diferente: si me enojo no bajo yo, te hago venir a vos acá arriba.

DI ZEO: ¿Y quién más está ahí? ¿Está el Todopoderoso?

DIOS: Sí, estás hablando con él.

DI ZEO: No, jetón. El otro, el del anillo. El verdadero: Don Julio. Preguntale por mí, siempre fuimos buenos amigos.

DIOS: Mirá, pibe, en este momento está viendo Arsenal. Se está intentando cortar las venas con un marroc. Alucina con que levanta un teléfono y lo salva del descenso. Y decime, asesino cancherito: ¿para qué me llamaste si sos tan groso y tan influyente?

DI ZEO: Mirá, vos viste que se vienen los Superclásicos y se televisan a nivel mundial.

DIOS: Interestelar te diría. Se ven desde cualquier nube. Los derechos para el Cielo los tiene Sky, por una cuestión de afinidad. Lo bueno es que no tenemos que bancar los comentarios de Niembro ni ver los dos trenes que compró el gobierno. ¿Qué pasa con ese bodrio?

DI ZEO: Bueh, lo que pasa es que no me dejan entrar a la cancha. ¿Podés creer? ¡¡Estos putos dirigentes, políticos y su derecho de admisión y no se qué mierda!! Dicen que soy violento. ¡¡Justo yo, que soy un amor!! ¡¡Qué ganas de cagarlos a tiros en las patas a esos hijos de puta!!

DIOS: No, claro. Seguro que en el colegio Juan Carr te votaba como mejor compañero. ¿Para qué querés entrar a la cancha? Si el partido te chupa un huevo, séme sincero.

DI ZEO: ¿Qué partido? ¡Ah, sí! Es que soy el que manda en las tribunas. Cuando falto no están las banderas ordenadas, se cantan giladas, no vendemos entradas a los turistas, o peor… No se prenden los parlantes.

DIOS: Y yo soy el que te manda al campo de juego. Oíme bien, canoso, que creo que te tengo una salida. ¿Estás dispuesto a todo?

DI ZEO: Obvio, papu. ¿A quién hay que mandarte para allá?

DIOS: No, pará, campeón. Que por ahora para eso lo tengo a San Pedro y anda regio. Es mucho más simple. Escuchame: ¿te gusta la joda, la noche, el chupi y las minas?

DI ZEO: Sí, claro. En ese orden.

DIOS: ¿Te crece la barba?

DI ZEO: Sí.

DIOS: Es fácil. Mirá…¿lo ubicás a Daniel Osvaldo, no?

DI ZEO: Sí, aunque me gustaría ubicarlo en estos días: me debe guita. Y dos fernets que le pagué en Asia de Cuba un martes.

DIOS: Bueno, lo tenés que secuestrar.

DI ZEO: ¿A Osvaldo? ¿Pero qué tiene que ver eso con entrar a la cancha el domingo?

DIOS: Dejame terminar, pibe. Lo secuestras, y te hacés pasar por él. Te dejás la barba, le seguís metiendo a la joda, al chupi y le das a cuanto gato se te cruce. Cuando llega el día del partido, entrás a jugar. ¡Al campo de juego, papá! VIP VIP.

DI ZEO: Pero se van a dar cuenta… Hay muchos periodistas que siguen a los jugadores día y noche. Arévalo, Tato Aguilera, el enano de ESPN...

DIOS: De todos esos me encargo yo. ¿Sabés la de favores que me deben? Aparte, con la joda que tiene encima ese muchacho, nadie va a notar la diferencia.

DI ZEO: Vos si que sos inteligente, seguro que terminaste la primaria. Además se ve que tenés muchos contactos. ¿Querés pegar algún laburo con nosotros?

DIOS: No, pibe. Demasiados quilombos tengo acá para manejar a mis apóstoles, que encima no tienen maldad. Al lado de ellos, Cachito Vigil es Rambo. Imaginate.

DI ZEO: Mirá que acá facturamos en dólares. Los turistas son bastante boludos, le podés sacar 5 lucas verdes por ver de cerca la jeta del Cata Díaz.

DIOS: Podrían ir al zoológico, que es bastante más barato.

DI ZEO: No botoneés que nos quemás el negocio. Ya bastante tenemos con la que muerde Angelici. ¿Puedo confiar en vos?

DIOS: Tranquilo, pibe. Muere acá. Te dejo, que están llegando cinco mil asiáticos de Nepal. Estos son así: vienen en manada, ¿viste? Si lo sabrás vos... ¡Un abrazo, Rafa!
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