DIOS: Uy, ese avión está perdiendo mucha altura… encima este no es de malayos, hay bastantes europeos… a ver si lo puedo salvar… capaz si lo enderezo empujando desde acá, puedo intentar que… ¡Uh, viejo! ¿Justo ahora suena el teléfono? ¡Hola! ¡Hooola!
ORIÓN: Hola, ¿hablo con el Salvador?
DIOS: No, pibe. A Carlos le queda un tiempo allá abajo todavía. San Pedro no lo quiere traer ni en pedo: dice que nos va a llamar a las 3 de la mañana para preguntarnos algún pasaje de la Biblia o nos va a dar de tomar vino de misa adulterado. Es un peligro.
ORIÓN: Ah, perdón. ¿Entonces este no es el celular de Dios?
DIOS: Depende para quién. Si sos la fiscal Fein, no. Veo todo lo que pasa allá abajo pero no soy auxiliar de la Justicia. ¿Quién habla?
ORIÓN: Soy Agustín.
DIOS: ¡Agustín! ¡Cómo te cambió la voz! ¿Qué necesitás? ¿Que tu viejo vuelva al fútbol? ¿Lo tenés en tu casa hinchándote las bolas todo el día con el mate, el asado y con que le hagas caso a tu abuela?
ORIÓN: No, Señor, no soy el hijo de Riquelme. Soy Orión.
DIOS: Uff, yo sabía que le tenía que aflojar con la mezcla de ayahuasca y absenta, ¡me hablan hasta las constelaciones!
ORIÓN: Señor, soy Agustín Orión. El arquero de Boca.
DIOS: Ah, vos… El sicario de Boca, querrás decir. ¡Mamá! ¡Qué manera de romperme las pelotas los periodistas pidiéndome que te perdone, viejo!
ORIÓN: No es para tanto, Señor. No fue mi intención hacerle daño a Bueno.
DIOS: Sí, “¡ah bueno!”, digo yo. ¿Así que no quisiste romperlo? ¿Por quién me estás tomando? ¿Por Cachito Vigil, acaso?
ORIÓN: Fue una jugada desafortunada. Pasa que soy muy temperamental.
DIOS: Coincido: tenés témpera en la mente. Algo te falla, querido. El otro día metí los pies en una palangana con agua, tiré adentro una tostadora enchufada y abrí la heladera y me pegó menos patadas que vos.
ORIÓN: No me cargue, Señor. Ahora me dieron seis fechas. Creo que es demasiado. ¡A Vangioni ni lo informaron!
DIOS: Dale, Agustín. Al lado tuyo Vangioni es menos violento que Lassie domesticado por Teresa de Calcuta, Gandhi y Nelson Mandela con seis kilos de clonazepam en sangre. Pensé que me llamabas para agradecerme que intercedí para que te dieran solamente seis fechas.
ORIÓN: ¿Cómo? ¿Si no era por Usted me daban más?
DIOS: Pibe, si no era por mí terminabas en Sierra Chica como funda de chota de los Doce Apóstoles, o con los presos de Guantánamo, o esperando que te vacunen en el corredor de la muerte en algún penal de Texas.
ORIÓN: ¿Para tanto, Señor? ¿No es demasiado castigo por una patada desafortunada?
DIOS: “Por una patada”, ¿decís? Sos más caradura que Maxi Diorio. ¿Vos te olvidaste cómo rompiste de un planchazo en una práctica al pibe Paredes?
ORIÓN: Bueno, pero él me gozó. Hay ciertas cosas en las que hay que pagar derecho de piso.
DIOS: Hay que pagar derecho de piso, no pegar. ¡Acordate que desfiguraste a Ledesma a trompadas!
ORIÓN: Él dijo que yo era un buchón.
DIOS: ¿Quién dijo que eras un buchón?
ORIÓN: Ledesma.
DIOS: ¿Ves? Tiene razón. Ya lo mandaste al frente… ¡Buchón!
ORIÓN: …
DIOS: Bueno, hablando en serio. ¡Amenazaste a Radamel Falcao, un tipo que está a una plegaria del récord del Padre Farinello! ¡A un pastor que difunde Mí Palabra! Tiene buen marketing, es fachero, baila salsa como los dioses… Es como Mi vendedor de AVON y vos querés arruinarlo.
ORIÓN: Disculpe, Dios. Es que últimamente estoy muy alterado.
DIOS: “¿¡Qué te pasha Agushtín!? ¿¡Eshtas nerviosho!?”.
ORIÓN: Es que peligra mi titularidad en el arco de Boca. Sara está atajando muy bien y me puede sacar el puesto.
DIOS: Primero la camiseta rosa, ¿y ahora una mina en el arco? La gente de marketing de Angelici se está yendo al carajo...
ORIÓN: Señor, es en serio: necesito que me ayude. Esto se me está yendo de las manos.
DIOS: ¿Qué manos, Agustín? Te pasa lo mismo que a Perón: nadie sabe adónde carajo fueron a parar.
ORIÓN: ¿No hay nada que pueda hacer para estar más tranquilo con mi puesto?
DIOS: Te hiciste expulsar dos veces en cuatro partidos. ¿Y qué pasa cuando te expulsan?
ORIÓN: Ataja otro.
DIOS: Y ataja mejor que vos, que sos un zanguango que se sigue haciendo expulsar y le das oportunidades a este pibe Sosa, Sira, Sera…
ORIÓN: ¿Y qué hago?
DIOS: Fácil, Agustín. ¿Qué hiciste para que Bueno no te hiciera el gol? Le partiste la pierna. ¿Para que Ledesma no dijera que sos buche? Lo cagaste a trompadas. ¿Cómo evitaste contra Temperley que te chicanee Dinenno? Le metiste un cabezazo. ¿Cómo solucionaste que Paredes te la pisara? Lo fracturaste desde atrás.
ORIÓN: ¿Usted me está sugiriendo que lesione a Sara?
DIOS: Menos averiguo yo y perdono, macho. ¿Querés atajar en Boca o preferís terminar como Sandro Guzmán, de rastafari y soldador?
ORIÓN: Es que me parece de mal compañero hacer lo que me propone.
DIOS: Sos peor actor que Estevanez. En la semana, lesionalo. Que quede siete u ocho meses afuera, así jugás Copa y Torneo y disminuís tu perfil asesino. Y me das la mitad de tu sueldo por mi tarea.
ORIÓN: ¿De qué habla?
DIOS: Vamos, Agustín, cortala. Si no era por mí terminabas limpiando sorullos en los baños de la cárcel de Batán. Dejá de hacerte el moralista sorprendido y dejame tranquilo. Me quiero fijar un asunto con un avión que había dejado por acá y...
ORIÓN: Gracias, Señor, gracias.
DIOS: De nada, Agustín, de nada. ¿Por dónde andaba el avión ese que tenía que salv... ? Uff. Tarde.