Con la idea de un proyecto a largo plazo que no nos matara económicamente, se decidió no continuar con Caruso y darle la oportunidad de dirigir a Quatrocchi, de la casa, a bajo costo y con conocimiento de la cantera. Se trajeron jugadores sin renombre para apostar a las inferiores, confiados en los buenos rendimientos mostrados hacía poco.
En la teoría, estaba buenísimo; en la práctica, fue un desastre. Quilmes se debilitó con todo inconveniente posible, se habituó a cosechar malos resultados incluso en buenos partidos, y toda la magia que en el comienzo volaba por nuestro cielo, se fue con el viento.
Hoy, cuando todos queremos vacaciones, nos encontramos otra vez en la posición contraria. Como si no hubiésemos tenido ya suficientes opuestos, justo nosotros tenemos que ser parte de la definición del campeonato y jugar una semana más tarde en "la final postergada". La rebuscada realidad lleva a los mejores a necesitar del peor para ver quién se lleva el premio contrario a nuestro último puesto.
A todo esto, entre tanto mambo, el cuerpo técnico que tanto apoyo político parecía tener, se fue por la puerta de atrás como suele pasar con los que la pelean. Pablo habló ante la prensa de cosas extrafutbolísticas que influyeron en el rendimiento del equipo y que, si bien ciertas, tal vez habría sido mejor para él no decir públicamente. O no todavía. A la dirigencia no le gustó y fue removido de su cargo por teléfono.
Para reemplazarlo, ya suena otra vez Caruso y la posibilidad de incorporar refuerzos importantes, al menos para el mundo Quilmes. Cómo van a hacer, no lo sé, pero no hay forma de no pensar que, en definitiva, todos estos meses fueron tiempo y puntos desperdiciados. Es muy irónico.
Obviamente, ya están los que se quejan de que si vuelve ese DT, lo único que vamos a lograr es a lo sumo mantener la categoría, que nosotros estamos para pelear arriba y qué se yo. Lo que a mí me parece es que más allá de quién venga, hay que poder por primera vez afianzarse en Primera y recién ahí ponerse a respirar esos aires de grandeza que al hincha del Cervecero le encantan. Es feo, pero es así y hay que reconocerlo. Primero asumir las cosas, tener humildad y dejar de creérsela. Después vemos.
Lo único que espero es que la física se aplique para el futuro, y así este presente tan negativo llame a un futuro cercano muy positivo.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO - @adrian28qac
