Interrogantes sobran, respuestas son las que no se consiguen y hace 10 años las estamos esperando. Una década con tres descensos, una quiebra, cinco permanencias en el Argentino/Federal A y sólo un ascenso y, lo mejor, la vuelta del Club a los socios. Pocas alegrías en relación a las tristezas y fracasos en sólo 10 años. Parece que se le ríen en la cara al hincha, que no les importa nada más que lo personal. Una indiferencia total para con la gente que mucho hizo por nada a cambio y que, sin embargo, sigue estando.
El domingo se sumo una mancha más al tigre, léase decepción. Y esta tuvo un sabor más feo que la vivida en otras oportunidades porque perdimos dos chances de ascenso directo. La primera estuvo bien, pero esta última fue totalmente injusta. Ante un rival que sólo nos superó en el segundo tiempo del miércoles pasado y que se colgó del travesaño en el Kempes, Talleres no supo cómo hacer para subir a la PBN. Ah, el rival fue Gimnasia de Mendoza que clasificó como el mejor quinto…
Y esta derrota dolió aún más porque tuvimos las chances para ganarlo, con un penal en cada partido, pero fueron ejecutados al mejor estilo Gigliotti, con frío y como si fuera un partido de barrio, y le hicieron el trabajo más fácil al arquero, que fue una verdadera muralla y no hubo forma de penetrar su guarida. ¿Más? Sí: jugamos 11 vs 10 durante casi una hora y ni aún así. Entonces nuestro técnico puso toda la carne al asador, defendimos con dos hombres y en una contra, al final del partido, nos hacen el gol y la historia estaba terminada. Así es el fútbol, de los pocos deportes en el que puede ganar el que no lo merece.
Pero también hay que decir que, en 21 fechas, Talleres nunca jugó del todo bien, salvo con rivales que están más para un torneo de fútbol 7. Tampoco pudimos marcar distancias en la zona “más accesible” con equipos invitados y semi amateur. Nunca tuvimos un 11 “de memoria” y, personalmente, a este equipo me costaba verlo ascendiendo con tan poco que demostró. Por eso nos tenemos que comer un put* año más en este infierno.
Porque el año, y el torneo, se empezó mal y se terminó de la peor forma. Porque no pudimos mantener la categoría, porque no pudimos ascender en un fugaz torneo corto, porque no aprovechamos nunca las oportunidades que nos brindaron los demás y porque no pudimos superar a los rivales directos. Estas son algunas de las causas por la que la gente terminó haciendo una barbarie al finalizar el partido. No se justifica, pero el que es hincha lo va a entender. No puede ser que vivamos en las malas y ni siquiera asomemos la cabeza. Hay que sacar toda la hierba mala y sembrar todo nuevamente. No queda otra. Ah, y seguir alentando como siempre hacemos. Pero, ¿hasta cuándo vamos a estar así, Talleres?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBIAZUL