Esto
comenté en la primera fecha del campeonato (pueden chequearlo, es literal):
“Los vientos son propicios. Saben bien a que me refiero y no quiero faltar el
respeto. Sin ningún cuco a la vista dentro y fuera de la competencia sólo
dependemos de nosotros mismos. Este equipo, renovado en un noventa por ciento,
está años luz del anterior. Y hay algo más… pero me lo reservo para el final de
campeonato. Si podemos ir a la cancha, vayamos a cumplir con nuestro trabajo.
Los muchachos se pusieron el overol y están haciendo el suyo”. Bueno, no me lo
reservo más: RACING CAMPEÓN.
¿Augur, profeta, vidente? No; simplemente,
hincha de la acadé con años de tablón ¿Es casualidad o causalidad que en el
primer campeonato donde está ausente a quien no quiero faltarle el respeto
Racing salga campeón? Yo ya tengo mi opinión formada desde hace décadas. Y, aun
así, sin la artera arteria aórtica del sistema circulotorio; en la periferia,
sobrevivían retorcidas várices como molestas almorranas. Empero, ya sin el
todopoderoso y después de desfachatadas raterías, la voz del primer grande logró
resonar con fuerza en los pasillos de la AFA NO.
Se hablaba de un clic futbolístico.
De haber cambiado el jogo bonito por una actitud más bilardista. Yo digo:
“Fuera el rey, viva el rey”. Y pregunto: ¿Mufademia? Bueno, quienes tanto abrieron
la boca y se apretaron un huevo, descuidaron el trasero y ¡ups! ya es tarde. RACING
CAMPEÓN. A llorar a la iglesia. RACING CAMPEÓN 2014.
Se acabó ese calvario que padecimos
durante eternos quince días. Cualquiera persona ajena al sentimiento académico
desconoce el tormento que implica tanta ansiedad. Entonces, uno se preguntaba:
si estoy tan ansioso… ¿Cómo estarán estos tipos bajo tanta presión? Porque,
convengamos, no había otro resultado posible. River iba a ganar, todos lo
sabíamos. Ergo, el desempate era morirse de sed pisando el oasis. La moral
devastada a cambio de la respiración boca a boca que se le brindaba a la
escolta. Se trataba del escarnio absoluto. De mucho más de lo que se elucubrara
a priori.
El sábado no dormí. Y el domingo fue
jornada interminable, agotadora. No hace falta aclarárselo al hincha de Racing.
La votación e imposibilidad de regresar a casa. La hamburguesa rápida en lo del
amigo de 9 de Julio y Belgrano, frente al Fiorito. Y el ingreso a esa maravilla
arquitectónica apodada “el cilindro”. Dicho sea de paso, Cocca se quedó cortó:
podríamos haber llenado tres. Una locura absoluta, majestuosa, indescifrable.
Finalmente, el partido anhelado. Y
la ansiedad se transformó en racimos de cánticos y saltos que estremecían el
cemento. En contraposición al partido frente al canalla, los jugadores parecían
ajenos al contexto, mostrando profesionalismo, hambre y aun más de lo que se
esperaba hasta convertir a Moyano (vaya parajoda) en figura del primer tiempo.
Fueron muchas las situaciones; tantas como para merecer retirarse al descanso
con algún poroto en la saca. Hasta que, por fin, vino el desahogo. La claridad
del príncipe convertido ora en rey, la enésima asistencia de Díaz y el gol de
Centurión con esa cuota de suerte que tiene todo campeón. Deberían haber sido
más, sobre todo por el fuera de juego mal cobrado a Hauche.
Para variar, sobrevino la yapa
inexorable del sufrimiento racinguista: Gol de River y las piernas que
comenzaban a evidenciar el extremo desgaste de jugar durante ochenta minutos al
palo. Pude apreciar claramente cómo Aued puteaba: “No doy más”, cómo elongaban
Grimi y otros jugadores al borde del calambre. Comenzó el revoleo y los granos
de arena dese cruel reloj a cascotear las seseras. Había regresado la ansiedad.
Pero la ansiedad para que el encuentro se terminara de una buena vez. Y después
del milagroso y heroico quite de Lollo supe que éramos campeones. Ya perdido el
norte por el vendaval que azotaba cada corazón, aparecieron los cojones y el
fuego sagrado del campeón. Del RACING CAMPEÓN. RACING CAMPEÓN 2014. Con una
fiesta multitudinaria que se trasladó al obelisco y festejó hasta la madrugada
sin disturbios.
Gracias totales. A todo este grupo
que culminó este campeonato con un sprint increíble, avasallante. Mención
especial a: Saja, Lollo, Videla, Bou, Díaz y Milito. Y queda abierta la
inscripción. La inscripción en esta academia renovada, saneada y con peso en la
AFA. Gracias Cocca. Gracias Blanco (te voté). Abierta la inscripción para la
juventud que, de ahora en adelante, podrá ver al Racing que tanto cascotearon y
que pretendieron condenarlo al ostracismo. Queda abierta la inscripción para
toda persona estoica y con códigos. Abierta la inscripción en la academia que
renueva esperanzas y se sobrepone a toda adversidad. Que luchó de manera quijotesca
contra molinos de viento, recordando que las copas pueden oxidarse en las
vitrinas pero lo que nunca se corroe es este sentimiento, la gente, la familia
racinguista. Uno puede divorciarse, cambiar de nacionalidad, religión, de Dios…
pero destos colores nunca jamás.
RACING CAMPEÓN 2014.
FELICES FIESTAS
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉ