Hoy Independiente es varios "Independientes" en uno. Es el endeble y frágil de los primeros veinte minutos contra Lanús y también es el confiado y agresivo del segundo tiempo frente al Granate. Todo eso en un mismo partido.
El Rojo además es el apático y débil que perdió de local contra Gimnasia de La Plata, como también el autoritario y seguro que recibió a Tigre en casa.
Dentro del mismo torneo, más allá en el tiempo, Independiente es el virtuoso de la primera fecha con Rafaela, como además es el vapuleado contra Vélez.
Y justamente ese fue y es el problema del Rojo durante este campeonato: la irregularidad. Jorge Almirón hizo mil y una modificaciones y probó con diferentes tácticas y estrategias. Hasta tuvo una seguidilla de cambios realizados en entretiempos.
Independiente deambuló esta competición de fin de 2014 buscando una identidad, una idea sustentable. Jamás la encontró, ni siquiera en este festivo lunes por la noche contra el conjunto de los Mellizos Barros Schelotto.
Es más, muy probablemente el Rojo no logre coronar este semestre con el título por lo permanentes cambios y por ser todavía un equipo en formación.
Pero ojo, muchachos. Hay algo que Almirón nunca titubeó, hay algo que jamás se puso en duda: ser protagonistas.
Que Independiente intente ser agresivo, ofensivo y ambicioso es algo que nadie, absolutamente nadie, puede negar. Después podemos hablar de las formas y de los gustos de cada uno, pero hoy el Rojo propone. Siempre. Y esa situación a mí me encanta.
No sé qué sucederá en las próximas semanas, pero yo apuesto a este proyecto comandado por Almirón. Seamos pacientes, seamos distintos (¡Ah, no vamos para atrás!). El tiempo lo dirá.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
