Ya está, ya pasaron estos partidos en los que no jugamos a nada, y tratamos de tapar esas falencias con individualidades o situaciones de pelota parada. No sería ningún científico, y tampoco descubriría nada diciendo que el plantel últimamente no pudo poner la pelota en el piso y tocar y, además, se complicó solo con errores infantiles. Todos lo sabemos.

Entonces, prefiero analizar por un lado, lo bueno dentro de lo malo, y por el otro, lo malo dentro de lo bueno.

Lo bueno:

- Estamos primeros y dependemos de nosotros mismos en el campeonato, y también en la copa.
- Vuelven Sánchez y Teo, jugadores e individualidades claves que pueden apagar este incendio en una jugada.
- De ganarle a Boca y a Racing, el estado anímico de los jugadores va a ser el de antes. Esto traería tranquilidad para volver a jugar ese fútbol dinámico que se mostró en las primeras fechas.
- El cuerpo técnico ha demostrado trabajo y capacidad para sobreponerse a adversidades.
- River ya exhibió los dientes cuando lo tuvo que hacer, y jugó un fútbol hermoso los primeros partidos, lo cual significa que, si hace un mes y medio éramos el Barcelona de Sudamérica según los medios amarillistas, hoy no somos los peores del mundo.
- A Racing lo tenemos de nieto y son una caja de Pandora: están jugando para el ojete y ganan; cuando jugarón bien, perdieron.

Lo malo:

- El equipo no encuentra profundidad y tampoco funcionamiento colectivo. Depende de individualidades como Sánchez y Teo, y de la pegada en pelota parada de Pisculichi.
- La defensa dejó de mostrarse firme y, por ende, está recibiendo varios goles en los últimos partidos. Además, hay fallas individuales infantiles que hacen que nos compliquemos los partidos solos (Estudiantes y Olimpo, por ejemplo).
- El plantel corto siempre fue una realidad, pero se nota en esta etapa definitoria: Boyé, Solari, Martinez, Driussi y Simeone demostraron no estar a la altura de la primera.
- No hay más piernas, y al no haber recambio (o el que hay no rinde) dependemos de hacer muy bien las cosas en el inicio del partido y ahí hacer la diferencia. Pero estamos arrancando abajo todos partidos y así, se complica aún más porque el esfuerzo va a ser doble.
- El cuerpo técnico está fallando en cosas en las que antes acertaba. Algunos ejemplos: Línea de 3 inexplicable contra Estudiantes, salida de Pezzella por Boyé (por qué no lo mandó de 9 como contra Boca?), exceso de pelotazos, tirar a Pisculichi a la derecha y encerrarlo, etcétera.
- De perder con Boca y Racing (creo que perder con los primos es peor, pero es muy probable que una derrota por Copa desencadene en otra por el torneo), lo nuestro sería una gallineada histórica.

Sí, como verán son más las malas que las buenas, aunque la única certeza es que el jueves hay que poner todo lo que no se puso en los últimos partidos. A esta altura, prefiero ganar el jueves y el domingo jugando para la mierda y que eso genere tranquilidad para recuperar el estilo y el fútbol. El jueves en la Boca hay que mostrar que somos RIVER. El jueves hay que matarse por el compañero. El jueves no hay que cometer errores pelotudos. El jueves nos levantamos. Vamos…