Nada mejor que un hijo levante el ánimo a su padre. ¿Por qué postergar un partido si la cancha estaba perfecta y el resultado sabido es de antemano? Ni la gente, ni los jugadores, ni el árbitro dudaron. El verde césped brillaba allí en el Nuevo Gasómetro, donde nace el viento y la 1-11-14.
Finalizado el partido, consumada la victoria, afianzada la paternidad, queda el análisis. ¿Será que San Lorenzo mejoró con el sistema táctico que propuso Bauza? ¿O será que el rival, ya clasificado a semifinal de la Copa según escucho, no es parámetro de exigencia? Para continuar la camaradería que se vivió en el campo de juego, vayamos con la primera. De todos modos, el Ciclón ya viajó para Italia en busca de desafíos acordes.
Entonces, el técnico armó un mediocampo con tres cinco. Kalinsky venía en buen nivel y se juntó con el Pichi y Orti. Los tres se vieron fortalecidos en su juego. Hubo más juego en el medio y presión rápida para recuperar pelotas. Nunca llegaban los rivales con pelota dominada en ataque lo cual facilitó el trabajo de la defensa. Aquí, una vez más, sólida actuación de Kanne y, al fin, bien acompañado. Un poco más de Mas y todavía sin recuperar Buffa. Evidentes fallas en la marca. El no cierre en la jugada que MartÍnez hace lo que mejor sabe hacer (errar goles. ¿Alguien quiso intentar llevarlo a Marruecos?), es prueba clara. Intentar enganchar de aire un pelotazo, con una media vuelta para cambiar de perfil… Raro. Por el ataque se mostró más movedizo Caute y bien asistido por Verón. Punto alto. Fusionando su velocidad con la velocidad de la cancha.
Así se forjó una buena fecha para los cuervos. Justo contra el rival que todos queremos seguir venciendo. Devuelve tranquilidad, confianza. Justo antes de iniciar las andadas y recorridos fuera del continente que lo tiene como su campeón.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO