No hay mucho más que agregar al lamentable momento que hemos vivido todos los quemeros el fin de semana. El equipo con cambios, igual de horrible que siempre; el técnico renunciado, el circo de la barra y los dirigentes que abren la puerta, el nombre del globo asociado a la vergüenza en todos los medios nacionales, la policía pegándole a los hinchas y periodistas, un quemero con un buraco en la cabeza luego de los incidentes y el fuerte rumor de que la dupla Apuzzo- Rinaldi continuará hasta fin de año.
De acá para adelante, pensando en el plano deportivo, y teniendo en cuenta la coyuntura, temo que Huracán va abocar todos sus esfuerzos en lograr ganar la Copa Argentina, lo que, teniendo en cuenta como concluyen las metas que se propone este plantel y este gobierno, me asusta mucho. Tengo mucho miedo de que lo arruinen, como todo lo que se proponen, por eso, diría que los hinchas pidamos pelear por el ascenso hasta el fin, aunque aparezca como imposible, que le restemos importancia a la Copa y quizá de esa manera tengamos chances de ganarla. Es como cuando querés que tu mujer haga algo que le tenés que pedir exactamente lo contrario.
Kudelka dijo que no era un delincuente y yo comparto. El fútbol hace este tipo de cosas y lamentablemente Frank, quien demostró tener ideas, argumentos y herramientas, no podrá dirigir nuevamente el club, mientras que los jugadores que han fracasado con todos los técnicos que han pasado seguirán vistiendo deshonrosamente los colores de nuestra camiseta. De todos modos, creo que se equivocó al no irse a tiempo por sus propios medios, eso hubiese hecho que la relación público- técnico no se rompa y no termine tan resentida.
Por último, sin duda estamos viviendo los momentos más tristes de nuestros largos años de vida y resulta penosa la actitud de algunos quemeros que utilizan esta situación para enarbolar la terrible idea de que Huracán ha muerto el mismo día que nació ciento seis años después.
No comparto ni un poco esa idea, me resisto profundamente a entregar la vida de una de las cosas que más amo por una o dos o tres malas dirigencias, o por tal o cual resultado deportivo. Yo soy hincha de Huracán y voy llevar siempre conmigo este amor, que me pasó mi abuelo, también mi viejo, lo vivo y defiendo día a día en la calles del barrio. No pienso abandonar al club en el momento más crítico de su existencia, mucho menos darlo por muerto. Yo sé que estamos todos dolidos, sensibles y agobiados, pero no nos dejemos comer la croqueta somos muy grandes, no nos van a boletear tan fácil.