Pero, ¿qué quieren que les diga? Como buen Pincha de ley, no fui educado para sentir de esa manera. A mí me enseñaron que mística es no claudicar, que bajar los brazos antes de tiempo es ir en contra de nuestra filosofía fundadora, es deshonrar los valores por los que lucharon Zubeldía, Mangano y aquel grupo de hombres que nos llevaron a la cima del mundo en Manchester. Como tantos otros compañeros de tablón, me crié entre historias de noches épicas que no hacían más que enaltecer una manera única de vivir el fútbol.

¿Saben qué es lo bueno de todo esto y que deberían saber los jugadores? Que la única manera de pasar de ronda es consiguiendo una hazaña deportiva de las que nos gustan recordar. No hay otra manera, si pasamos de ronda será porque los soldados de rojo y blanco consiguieron dar un batacazo memorable. ¿Qué mejor que eso para motivarse? Quedar para siempre en la historia de Estudiantes como el grupo de jugadores que, con todo en contra, logró vulnerar al "Súper River" de Gallardo. 

Pero para lograr esto hace falta el convencimiento de todos. No alcanza con dar el 100%, para ganarle a River hay que esforzarse el doble, quizás el triple. Nadie dijo que quedar en los anales del club fuera fácil. Los jugadores tienen que confiar en ellos mismos, en sus compañeros, en el cuerpo técnico y en toda la gente que estará alentando a la distancia. Gente que sueña con el milagro, gente que conoce de imposibles, gente que anhela contarle en el futuro a sus hijos y nietos sobre la célebre conquista pincharrata en el gallinero. 

Como decía Sabella: "Cuando salgan a la cancha, miren al cielo, elijan una estrella y póngansela en el pecho"... y luchen por ella con la convicción de que, dejando todo, seguirán engrandeciendo el nombre de Estudiantes.

Por lo menos así lo siento yo.

ADELANTADO PINCHA - @DrBidon

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