DIOS: ¿Otra vez el teléfono? Llega a ser Francisco para hincharme las bolas con San Lorenzo y lo reemplazo por Facundo Arana, que tiene pinta de buen tipo y mide bien.
MERLOS: Hola, ¿hablo con el altísimo?
DIOS: No, con Franco Niell.
MERLOS: Ah, disculpá. Quería hablar con Dios.
DIOS: Sí, nene. Habla Dios. Franquito no llega ni a la mesada para levantar el tubo.
MERLOS: Qué tal, Dios. Habla Merlos.
DIOS: ¡Mostaza! ¡Maestro! ¿Al final hicieron la fiesta con los dos gatos de 30 años que me comentó el Coco la otra vez?
MERLOS: No, Señor. Andrés..
DIOS: ¿El que viene una vez por mes? ¡Pensé que ese se llamaba Cacho Castaña!
MERLOS: No, no y no. Andrés Merlos, el árbitro de Lanús-Arsenal… ¿Le suena?
DIOS: ¡Uh, vos...! ¡Sabés como lo tengo a Don Julio por tu culpa! ¡Quería resucitar para mandarte a matar! Si se entera de que estamos hablando se pudre todo…
MERLOS: ¡Ya sé! Tuve un milimétrico error, Señor. Todos nos equivocamos. ¿O usted acaso no creó a Hitler, a Bush, al marido de Adriana Aguirre...?
DIOS: A los primeros dos, sí. El otro, no sé de donde salió, yo no tuve nada que ver. Una cosa es equivocarse con un alemán medio rayado, o un yanqui que le gusta más la pólvora que a Pelé los pebetes. Pero vos te venís a equivocar con el equipo de Don Julio… Nene, nene… ¡No entendiste nada!
MERLOS: Lo sé, Señor. Es que los árbitros convivimos con el error permanentemente.
DIOS: Tula también convive con el error y sin embargo no arma tanto quilombo.
MERLOS: Pero mi trabajo es diferente. Es un oficio muy injusto. Yo tengo familia y…
DIOS: Sí, me enteré que tenés familia. Varios se acordaron de tu vieja, tu hermana, tu abuela y de tu señora. ¿Estás yendo mucho a la Iglesia? Te comiste el verso de la eternidad del tiempo...
MERLOS: No sea malo, Señor. Voy a ir al grano. Necesito su ayuda. Necesito un renacer.
DIOS: Bien. Lo bueno es que la mitad de la tarea ya está hecha, si sos un muerto…
MERLOS: Deje de tomarme el pelo, Señor. ¡Por favor! ¡Necesito su ayuda! ¡Estoy desesperado! ¡Quiero que la gente se olvide de lo que pasó el viernes!
DIOS: Mirá, pibe… Para que la gente se olvide lo que pasó el viernes tendrías que encontrar la cura del ébola...
MERLOS: Señor, yo soy árbitro, no científico. Me está pidiendo algo imposible.
DIOS: Y yo soy Dios, no soy Grondona. Me estás pidiendo algo imposible.
MERLOS: Pero usted tiene poderes.
DIOS: Poder tienen los fondos buitres. Yo ya estoy viejo.
MERLOS: No puedo creerlo, me crucificaron.
DIOS: Si te sirve de consuelo, a mi hijo también lo crucificaron y después lo terminaron venerando en todo el mundo.
MERLOS: La verdad que no me está dando mucho ánimo con lo que me dice, Señor.
DIOS: Y… qué querés que te diga… Al lado tuyo, Lunati dirigiendo a River parece imparcial.
MERLOS: A ver si me entiende, Señor. ¡Yo no soy hincha de Lanús!
DIOS: A ver… ¿Tenés gas?
MERLOS: Sí.
DIOS: ¿Tenés luz?
MERLOS: Claro…
DIOS: Está bien, tiene lógica… Te voy a creer que no sos de Lanús. Ahora, contame… ¿Cuánta te pusieron?
MERLOS: No hubo soborno, Señor…
DIOS: ¿Te secuestraron a tu pibe? ¿Te amenazaron de muerte?
MERLOS: No Señor, fue todo decisión mía.
DIOS: Ni De La Rúa tomaba decisiones tan chotas…
MERLOS: Siento que están exagerando en mi contra…
DIOS: El único exagerado acá sos vos. Si por 3 goles de mierda que hubo en el partido agregaste 5 minutos, si iban 6 a 5 lo terminabas en Navidad...
MERLOS: Pero están hablando de mi hace 3 días, nunca se habló tanto de un árbitro…
DIOS: Lo único que falta es que digas que la están alargando mucho. Bancame que tengo alguien más en línea… ¿Hola?
JULIO: Hola querido, habla el Todopoderoso. Me comentan que te llamó ese muchacho, Merlos, ¿es verdad eso?
DIOS: Hola, excelentísimo. Disculpe, le juro que yo no voy a ayudar a este Señor...
MERLOS: ¿Quién está ahí?
JULIO: Soy yo, pibe. Don Julio. Estás condenado, Merlitos. En una semana estás acá abajo conmigo….
DIOS: Con todo respeto, Señor, pero el que define los descensos acá soy yo.
JULIO: ¿SI? No me digas, preguntale a Passarella. ¿Querés ver cómo te traigo para acá?
DIOS: No, disculpe Señor, le juro que no me meto.
JULIO: Mejor así, dejame en línea con este pibito que yo me arreglo.
DIOS: Hay que ver si sigue en línea, yo ya estaría con un paro cardiorespiratorio.
MERLOS: Si hablan de mí, sigo acá.
JULIO: No por mucho tiempo.
MERLOS: No sea así, Señor. Le juro que no tuve intención de perjudicar a su querido Arsenal.
JULIO: Con intenciones no hacemos nada, pibe. Decime, qué preferís, ¿plata o plomo?
MERLOS: No entiendo, Señor...
JULIO: Te falta calle, pibe. ¿Vos te crees que esto te va a salir gratis?
MERLOS: No, pero… Debe haber alguna manera pacífica de arreglarlo, Don Julio. Escúcheme, si quiere puedo regalarle algún que otro penalcito por partido.
JULIO: No alcanza…
MERLOS: Bueno, a ver. Puedo echarle un par de jugadores al rival, anularle un gol y meterme con Zelaya a cabecear en los córners. A la prensa le digo ese verso que a veces me equivoco a favor, otras en contra…
JULIO: Va queriendo. Me gusta eso, pibe. Capaz con cortate algún dedo lo podemos cerrar.
MERLOS: Señor, necesito estar entero para poder dirigir y compensarlo.
JULIO: Es verdad. Bueno, vamos a hacer una cosa, te voy a dar otra oportunidad. Pero acordate que “todo pasa”, menos que Grondona te perdone 2 veces.
MERLOS: Le agradezco, Señor. Le prometo que me voy a portar muy bien. Por los viejos tiempos, cuando favorecer a Arsenal te permitía irte de vacaciones o cambiar el auto.
JULIO: Cuidate, pibe. Y andá por la sombra.
MERLOS: Adiós, Señor.