Aprovechemos que se suspendió la fecha y reflexionemos un instante. Apartémonos unos minutos del vértigo del torneo, paremos la pelota y levantemos la cabeza. ¿Cómo está el Club Atlético Independiente hoy?
Lo más visible y palpable es la actualidad futbolística del Rojo. El equipo pelea el campeonato domingo a domingo y, luego de algunas dudas, Jorge Almirón incrementó su aceptabilidad entre los hinchas.
Además de ello, para destacar, la gran cantidad de jugadores surgidos de las inferiores que forman parte de esta protagónica etapa: Ruso Rodríguez, Ojeda, Zárate, Villalba, Figal, Breitembruch, Bellocq, Vidal, Mancuello, Pizzini, Monserrat y Benítez.
Desde el punto de vista institucional, el balance es correcto. Sin enaltecer la presidencia de Hugo Moyano, es imprescindible tener en cuenta el contexto apremiante y el legado preocupante de Javier Cantero. En ese marco, podemos decir que el camionero viene navegando en la marea.
Las urgencias económicas parecen aquietadas y da toda la sensación que el mandamás, junto a sus dirigentes, están ordenando la deuda para cuando corresponda intentar cumplir con esos compromisos.
Los polémicos casos de Federico Insúa, Julián Velázquez y Federico Mancuello, y sus respectivos contratos, fueron los puntos oscuros de Independiente por estos tiempos. Más allá de ciertos indudables desaciertos, podemos reconocer que el Rojo no cayó en crisis y dichos inconvenientes no atentaron contra la estabilidad de la institución.
En conclusión, culminado el infierno que significó la estadía por la B nacional, hoy la institución atraviesa un buen momento. Con un equipo competitivo, un técnico serio (que pelea el torneo plagado de juveniles) y un club que goza de cierto orden.
Por lo tanto, nuestro rol desde afuera es acompañar este apacible momento y comprender que la grandeza que siempre nos caracterizó, se construye entre todos juntos: jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y vos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
