Oportunidad se define como “lo conveniente de un contexto y a la confluencia de un espacio y un periodo temporal apropiada para obtener un provecho o cumplir un objetivo. Las oportunidades, por lo tanto, son los instantes o plazos que resultan propicios para realizar una acción”. En ella quiero enfocar mi columna semanal, porque parece que Talleres no la conoce y desaprovechó una más. Y van…
¿Cuántas veces escribí sobre el mal funcionamiento del equipo? ¿Sobre las escasas chances de ascender en caso de que perdurara el juego que veníamos desarrollando? Entonces, con este aspecto en el debe, no queda otra que esperar la ayuda de la suerte o esperar que los rivales se equivoquen. En el presente torneo se nos presentaron las dos cosas y poco (casi nada) las supimos aprovechar. Porque cuando pierde el equipo que tenía que perder, nosotros también perdemos.
Cae de maduro: se nos presenta una chance inmejorable y la dejamos pasar. Hago foco en esto porque sucedió el jueves pasado, cuando Libertad (puntero) cayó ante Tiro Federal y nos dejaba la punta servida, pero mostramos nuestro peor repertorio futbolístico y caímos sin atenuantes ante Unión de MdP, que no sólo nos devolvió a la realidad con un cachetazo, sino que se quedó con el primer puesto a falta de dos fechas.
No es la primera vez que sucede, es más, me puedo remontar a la temporada pasada, en la PBN, torneo en el que peleamos el descenso y nunca le sacamos rédito a los traspiés ajenos. Pero no quiero ir tan lejos porque no hace falta: en el presente Federal A, sin ir más lejos, hace dos fechas pudimos ser punteros pero empatamos contra Independiente en Chivilcoy, por citar un ejemplo. Sí uno se pone a pensar que hubiese pasado si hubiéramos ganado cuando realmente tuvimos que hacerlo (léase derrota de rival directo), no sabe si reír o llorar. Tendríamos medio ascenso en el bolsillo…
Ya no espero milagros futbolísticos de este equipo, porque jugamos muy bien ante un rival limitado pero cuando lo hacemos con un candidato no se ve nada de lo que hicimos bien. Entonces, no pretendo que cumplan con la triple G, sólo que ganen. Como sea, pero que nos quedemos con los 3 puntos. Y más aún en esta zona que está compuesta por equipos que juegan uno peor que el otro. En el juego de los errores tenemos que sacar la diferencia para poder ascender, sino se nos va a hacer cuesta arriba.
“Las oportunidades surgen en determinados momentos de la vida y deben ser aprovechadas para evitar el arrepentimiento posterior”, leí por ahí. Para no arrepentirse de lo hecho, o mejor dicho de lo que no se hizo, no tenemos que desperdiciar las oportunidades que se nos presentan. Lamentablemente ahora no nos queda otra que ganar los dos partidos que nos quedan, esta noche ante Defensores de Belgrano en Villa Ramallo y el domingo contra Libertad, y rezar para que Unión no lo haga. Como siempre, Talleres espera hasta último momento. Dios quiera que mi próxima columna este llena de palabras de alegría y agradecimiento debido a un hipotético ascenso. Una oportunidad más Barba, ¿qué te cuesta?
Por lo menos así lo siento yo.
¿Cuántas veces escribí sobre el mal funcionamiento del equipo? ¿Sobre las escasas chances de ascender en caso de que perdurara el juego que veníamos desarrollando? Entonces, con este aspecto en el debe, no queda otra que esperar la ayuda de la suerte o esperar que los rivales se equivoquen. En el presente torneo se nos presentaron las dos cosas y poco (casi nada) las supimos aprovechar. Porque cuando pierde el equipo que tenía que perder, nosotros también perdemos.
Cae de maduro: se nos presenta una chance inmejorable y la dejamos pasar. Hago foco en esto porque sucedió el jueves pasado, cuando Libertad (puntero) cayó ante Tiro Federal y nos dejaba la punta servida, pero mostramos nuestro peor repertorio futbolístico y caímos sin atenuantes ante Unión de MdP, que no sólo nos devolvió a la realidad con un cachetazo, sino que se quedó con el primer puesto a falta de dos fechas.
No es la primera vez que sucede, es más, me puedo remontar a la temporada pasada, en la PBN, torneo en el que peleamos el descenso y nunca le sacamos rédito a los traspiés ajenos. Pero no quiero ir tan lejos porque no hace falta: en el presente Federal A, sin ir más lejos, hace dos fechas pudimos ser punteros pero empatamos contra Independiente en Chivilcoy, por citar un ejemplo. Sí uno se pone a pensar que hubiese pasado si hubiéramos ganado cuando realmente tuvimos que hacerlo (léase derrota de rival directo), no sabe si reír o llorar. Tendríamos medio ascenso en el bolsillo…
Ya no espero milagros futbolísticos de este equipo, porque jugamos muy bien ante un rival limitado pero cuando lo hacemos con un candidato no se ve nada de lo que hicimos bien. Entonces, no pretendo que cumplan con la triple G, sólo que ganen. Como sea, pero que nos quedemos con los 3 puntos. Y más aún en esta zona que está compuesta por equipos que juegan uno peor que el otro. En el juego de los errores tenemos que sacar la diferencia para poder ascender, sino se nos va a hacer cuesta arriba.
“Las oportunidades surgen en determinados momentos de la vida y deben ser aprovechadas para evitar el arrepentimiento posterior”, leí por ahí. Para no arrepentirse de lo hecho, o mejor dicho de lo que no se hizo, no tenemos que desperdiciar las oportunidades que se nos presentan. Lamentablemente ahora no nos queda otra que ganar los dos partidos que nos quedan, esta noche ante Defensores de Belgrano en Villa Ramallo y el domingo contra Libertad, y rezar para que Unión no lo haga. Como siempre, Talleres espera hasta último momento. Dios quiera que mi próxima columna este llena de palabras de alegría y agradecimiento debido a un hipotético ascenso. Una oportunidad más Barba, ¿qué te cuesta?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBIAZUL
