Bien merecido tenemos el hecho de quedarnos en la B Nacional. El Albo hizo todo lo posible para que el ascenso quede cada vez más lejos y en muchos casos repitiendo las cosas que ya se habían hecho mal. Ninguno de los dos DT de la temporada (Bernuncio y Montenegro) le encontraron la vuelta al equipo, mejor dicho nunca encontraron el equipo, y las pocas veces que consiguieron un funcionamiento por lo menos aceptable, las constantes variantes que proponían de un juego a otro, más los siempre erráticos cambios generaron que All Boys no tuviera identidad de juego y con eso los resultados no fueron positivos.
Jamás se logró conformar al hincha, salvo 1 o 2 partidos, nunca se supo a qué jugábamos y los pocos triunfos que se lograron fueron casi exclusividad de la garra, las ganas y la pobreza del rival que del fútbol bien jugado. Pero atención, cuando me refiero a bien jugado, no solo hablo de belleza futbolística en el sentido romántico, sino en ser efectivos, precisos, sin regalar nada: básicamente en ser inteligentes, cosas de las que carecimos desde el comienzo de la temporada.
Los problemas en el rectángulo de juego es la traducción que lo que pasa en All Boys institucionalmente, donde estamos tratando de empezar a reponernos, a reconstruirnos desde que pasó un tsunami económico/financiero generado por Bugallo, que nos dejó casi en ruinas. Con este panorama todos sabíamos que iba a ser casi un milagro poder pelear por un ascenso.
Hay que aceptar que hay que reconstruir desde lo institucional para impulsar y volver a soñar desde lo deportivo.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO
