Es más que claro que el hincha de Quilmes no está conforme con este presente. Un partido tras otro vemos cómo no se puede ganar, inclusive cuando el equipo es ampliamente superior a su rival como lo fue ante Atlético Rafaela, cuyo arquero fue figura excluyente de un partido en el cual se generó mucho y se ligó nada. Y esta vez se generó en serio, hubo llegadas muy importantes y gritos de gol todavía atragantados días después.
Sinceramente, ya no sé cómo hago para no colapsar o estallar de furia; tal vez es que cuando uno está debilitado, ni siquiera puede apelar a ese recurso porque no le da la fuerza. Combinación de frustración y hartazgo de tener esperanzas y sentir que no sirven de nada, que las cosas no van a suceder de manera diferente sólo por estar esperanzados. Hay material, hay intención, hay mejoría pero no hay resultados, y ver la tabla duele cada semana un poquito más.
Del "mañana estaremos mejor", estoy bastante fastidiado. Estoy cansado de encarar las semanas con la cara larga y la preocupación a flor de piel. Vaya uno a saber por qué, buscamos y no podemos cambiar las calenturas por festejos. Ya se modificaron nombres y esquemas, actitud, formas, cantidad y claridad de llegadas, y los goles no llegan, o llegan acompañados de errores defensivos graves. Funciona el ataque o funciona la defensa; se hacen goles pero nos embocan, o se defiende bien y no anotamos nosotros. Y así, no salimos de la monotonía de, como mucho, empatar.
En ocasiones hasta se juega muy bien, aunque no estamos guiados por los merecimientos, ya que si por eso fuera, tranquilamente podríamos tener al menos la mitad más de los puntos que tenemos. Pero no es así y hay saturación para tirar para arriba. ¿Dónde está lo que falta? ¿Qué es? ¿Cómo se consigue?
Cervecero, desde el más sentido dolor de quien te ama, te lo pido por favor: sea lo que sea, lo necesitamos hoy.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO – @adrian28qac