Banfield llegó al Parque como uno de los equipos con menos goles a favor, y con el mayor número de tiros al arco. ¿Qué pasó? Nos metieron tres. Bueno, son cosas que pasan… pero después vino River. Desde el 2007 los gallinas no ganaban acá, y habían perdido 5 de esos partidos. En un partido durante el cual incluso los incomodamos, sin dejarlos hacer pie ni hacer pesar la calidad de su mediocampo (salvo el mercenario de Ponzio, que ya escuché o leí a más de uno pedirlo de vuelta en Newell’s… ¡Dios santo!), los de Núñez también se llevaron los tres puntos con un gol de pelota parada.
Con esta derrota, también, se terminaron todas las ilusiones, aunque lejanas, de pelear el campeonato. Era la oportunidad ideal para descontarle unos puntos al líder, que ahora parece encaminarse a paso firme al bicampeonato.
Lo que no logramos nosotros es cortar la racha de irregularidad, y técnicos mediocres. A Lorente y compañía les tomó sólo un año hacer bolsa el trabajo del Tata. Se les dio a dos técnicos (tres, si contamos el interinato de Lunari) sin ningún tipo de experiencia en la primera de ningún equipo, y lentamente nos fuimos alejando de ese Newell’s que lo veías y daba gusto, y que sabías que en algún momento iba a poner al rival contra las cuerdas y a liquidar el partido. Más de una vez se ve al equipo tirado en la cancha, sin idea alguna, a pesar de la jerarquía de los nombres.
Ha terminado una semana, pero empieza otra, la que todos buscamos cuando nos llega el fixture, junto con el debut: el clásico. La ciudad entera vibra con las cargadas, las apuestas, esa fiesta hermosa que es el Banderazo, hasta el domingo. Ese día queda paralizada en su totalidad, no hay un alma en la calle salvo aquellos pobres desdichados que no gustan del fútbol, y durante dos horas Rosario entera parece un pueblo fantasma.
Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes… todos. No lo dejemos pasar. No pueden, bah… no podemos salvar el año ganando este partido. Newell’s tiene que estar peleando campeonatos. Pero sería una mínima alegría que le deben a la gloriosa banda del rojinegro. Estoy muy, pero muy lejos de decir “Ganen o mueran”, como siempre hacen los inadaptados que se dicen hinchas. Pero no podemos perder. Como reza ese canto tan hermoso con el que se recibía al plantel “Dejen la vida en la cancha, yo la dejo en la tribuna”.
ADELANTADO LEPROSO
@Fran_Cinelli