El equipo sigue mostrando diferentes facetas en este torneo, que es difícil de jugar, en todo el sentido de la palabra, y es largo, donde los equipos pasan de ganar por goleada en su casa y después parecen haberles cambiado los 11 titulares en la próxima fecha. Resumiendo: Es un torneo por demás irregular.
En esta ocasión quiero resaltar la gran virtud que logró tener Colón en lo que va del campeonato: La regularidad.
Colón es el equipo más goleador de su zona, el que menos partidos perdió, y uno de los que más empató (junto a Ferro y Guaraní Antonio Franco(!!), que son los últimos). Esto habla de una regularidad importante, que nos llevó a estar en la posición donde estamos. Cabe destacar que San Martin (SJ), perdió 2 partidos más que Colón, pero empató 4 menos, ganando 2 más que el sabalero.
Estos números por sí solo son solamente eso, números. Pero si los analizamos un poco, también hablan de la manera de jugar de cada equipo. San Martín es un equipo que gana o pierde sus partidos, con pocos empates. Esto se debe a la forma en la que encara sus partidos, el conjunto sanjuanino sale a ganar en casi todas las canchas.
De Colón se desprende que es un equipo especulador, que tiene mucho poder de gol gracias a sus individualidades, 15 de sus 20 goles fueron hechos por sus “delanteros” (Villarruel, Pavón y Alario).
Colón empató mucho este torneo, por la manera de encarar los partidos. No es algo bueno ni malo, es la manera de analizar la forma de encarar el torneo de este cuerpo técnico. Pero Colón tiene algo, a mi entender, que le falta a todos los otros equipos de su zona y, si me “apuran”, de la zona B también. Las individualidades de nuestro equipo marcan mucha diferencia cuando están en sintonía, y esto está ocurriendo cada vez más seguido.
Hay que darle la derecha también a Osella en un tema muy importante, la rotación que impuso al plantel fue muy positiva, el DT usó muchos jugadores, que, al no haber Torneo de Reserva (déficit importante de la categoría), resulta difícil mantenerlos en ritmo. Cuando entraron, cumplieron, y algunos con creces. Esto es fundamental en un torneo largo y es algo que en Colón no estábamos muy acostumbrados. En nuestro club, siempre había un grupo de 20 o 22 jugadores que rotaban y siempre parecía que los pibes o los que estaban afuera no podían jugar o estaban “pintados”. La Reserva siempre peleaba arriba pero nunca le daban continuidad ni respaldo a nadie en el primer equipo, salvo por una cuestión de necesidad (casi el 100% de los casos). Bueno, Osella cambió un poco la ecuación, desde el Torneo de Primera ya que, seguramente por necesidad, sí, tuvo que recurrir a pibes para ponerle el pecho a las balas.
Y cuando parecía que eso cambiaría, siguió con la misma metodología, algo que me parece acertadísimo y es para destacar. A este humilde escriba(?) le parece que habría que profundizar ese método como para que el club se convierta en una usina generadora de promesas, lo cual le daría al equipo la mística y pertenencia que tanto fue bastardeada. Pero eso es otra cuestión más profunda. Hoy hay que disfrutar de este presente, las cuestiones de estética futbolística, se podrán discutir pero siempre desde el apoyo y con el objetivo de ascender. Nada más importa.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO SABALERO - @Piguyi2011
