Leer la palabra ‘feliz’ seguida de ‘lunes’ es raro. No pueden estar en una misma oración. Son antónimos, polos opuestos. Históricamente se sabe que los fines de semana son felices por la caravana, los amigos, el alcohol, la música y lo que lo haga feliz a usted entre el viernes y el domingo. En cambio, el maldito lunes, rara vez es motivo de felicidad: de vuelta a la rutina, al laburo, al colegio, a la facu y a todas sus obligaciones, pensando cuánto falta para el bendito y amado viernes.

Pero ayer fue distinto, único. El saber que jugaba Talleres ya era un motivo para “cortar la semana”. Como sí el lunes que pasó fuera un riñón del domingo y recién hoy se empiece la semana. El horario del partido (18 hs.) nos hizo caer de vuelta a la realidad. “¡Qué lo pario! Voy a tener que faltar a la facu/salir antes del trabajo”, habrá sido la puteada que tiró al aire algún hincha albiazul.

Como siempre, algunos no habrán podido faltar a sus obligaciones y se perdieron de algo inédito, maravilloso. ¡Ganamos 4 a 0! Sí, así como está leyendo usted señor lector. Cuatro a cero, para que le quede claro. ¡Cómo no va a ser feliz mi lunes con esta goleada! ¿Quiere más? Bueno, merecimos haber ganado por mayor diferencia. Espere, no se me caiga de la silla. Es cierto lo que le estoy diciendo y no lo escribo para agrandar a Talleres, ni nada por el estilo.

Está bien que jugamos contra Ferro de General Pico, un equipo invitado a este torneo y que, evidentemente, no tiene un equipo para pelear un ascenso ni objetivos más allá de participar por el honor. Pero en esta categoría hay que ganarle a los rivales y lo hicimos, encima, con una propuesta agradable de juego que empieza a plasmar nuestro nuevo técnico, Ángel Hoyos.

Parecido al Barcelona, obviamente con las salvedades (enormes) que corresponde, el equipo es corto, presiona arriba, toca la pelota cuando hace falta y mete un pelotazo cruzado para hacer uso del factor sorpresa, la defensa tira el achique y las situaciones creadas en el campo rival son muchas. Desperdiciamos varias, pero convertimos 4 que no es poco. ¿La contra? Nuestra defensa juega al mano a mano vs los delanteros y eso nos complica. No ayer, pero ante un rival de mayor jerarquía y otras pretensiones estaríamos en el horno.

Pero no importa eso ahora. Lo que importa es que ganamos y nos repusimos de la dolorosa pero poca preocupante derrota y eliminación de la Copa Argentina en manos de Alumni, por la vía de los penales, el miércoles pasado. Prefiero no enfocarme en ese partido, sino en este que es más importante para lo que viene: el jueves jugamos una final ante Unión en MdP y el lunes siguiente ante Defensores de Belgrano, en Villa Ramallo. Quedan 3 fechas y estas 2 son determinantes para nuestro futuro: ascenso o play-off. Que sea el primero. Feliz martes.