Desde un tiempo a esta parte, estoy tratando de explicar cuál es el deseo del hincha sabalero con respecto a la manera de jugar del equipo. La conclusión es que el paladar sabalero está en una sintonía muy diferente a lo que está entregando el equipo en este Campeonato de Transición de la B Nacional.
El análisis era muy diferente en el último Torneo de Primera División, todo el pueblo sabalero estaba aunado y se identificaba con ese equipo, más por razones de contexto que por gusto futbolero.
Con el descenso consumado, la mayoría pensábamos que lo que veríamos en este Torneo será diferente a lo sufrido durante 4 meses. Nos equivocamos.
Pero, ¿había razones de peso para haberse “ilusionado” con otra manera de jugar?
El equipo sigue basándose en un solo principio: primero el arco propio en cero, y luego confiar en las condiciones futbolísticas individuales para desequilibrar y llegar al gol.
El mismo DT logró, con intérpretes diferentes, casi el mismo resultado. ¿Por qué casi? Porque en el campeonato de Primera, si el equipo tenía deficiencias a la hora de funcionar como tal, eran disimuladas por la calidad de jugadores que poseía.
Es un logro del Cuerpo Técnico convencer a dos planteles para jugar de esta manera, comprometiendo siempre la victoria y, en algunos casos, yendo simplemente a buscar el empate. El logro es más perceptible en este Campeonato, donde los jugadores que estaban más los que vinieron, no tenían otra cosa en la cabeza más que ascender, lo que significaba más protagonismo, o sea, asumir riesgos.
Pero a la hora de la verdad nos encontramos con un equipo casi calcado al que sufrió el Descenso. La defensa se repite, tradicional línea de 4 defensores, con 2 laterales-laterales, y 2 centrales fuertes de arriba (Alcoba-Landa, y hoy Lazzaroni-Landa), en la mitad de la cancha se forma el mismo triángulo: un 5 “tapón”(ayer Videla, hoy Poblete) y dos “interiores” (ayer Meli-Mansilla, hoy Garnier ó Leys- Ballini), y con dos mediocampistas (sí, son mediocampistas!) bien abiertos con la misión de desbordar (Graciani-Luque, en el presente son Villarruel-Pavón) y arriba el llanero Más-Que-Solitario, el Pipa Alario, sin dudas el gran perdedor en cuanto a resignar rendimiento a cambio de esfuerzo físico. ¿Otra similitud? Si, en ambos planteles, la figura del arquero se agiganta con cada partido que pasa.
Repito que esto no es una crítica (si se la toma en el estricto sentido de la palabra sí), o en todo caso no es una crítica negativa. Sólo trato de desmenuzar el funcionamiento de Colón para que, como hincha, saber a qué vamos a jugar cada partido que pase. ¿Colón puede jugar a otra cosa? Puede ser. ¿Está preparado este plantel para hacerlo? Tengo mis dudas. ¿Sería conveniente cambiar en este momento rotundamente la manera de jugar? NO, absolutamente NO. Este Cuerpo Técnico viene trabajando así desde hace casi un año, y es evidente que ve y siente el fútbol de esta manera. Quizás no guste mucho que se escude en el contexto para tratar de disimular algunas cosas que son propias del armado del equipo, como culpar a la imprecisión cuando no hay jugadores para ensamblar una sola jugada tocando.
Personalmente, no espero sentarme a ver un partido de Colón donde abunde el toqueteo y el control del partido. Como hincha espero ascender, y, una vez terminado este proceso, darle las gracias a quien haya que dárselas, y esperar que, de una vez por todas, haya un proyecto en mi club donde se respete su tradición futbolera y su mística de club grande.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO SABALERO - @Piguyi2011
