Huracán es un club grande y nosotros, sus hinchas, una raza fuerte. Sin embargo, luego de tres semanas seguimos últimos en la tabla de posiciones y el equipo sigue sin dar muestras de poder revertir esta situación, lo que nos pone, a mi criterio, en la puerta de una de las vergüenzas deportivas más grandes de la historia del fútbol argentino.

También es cierto que ganando tres partidos seguidos Huracán se acomoda, pero la verdad no parece posible que eso suceda: hasta ahora solo ganamos dos encuentros en lo que va del torneo.

Según mis cálculos debemos hacer, como mínimo, 18 puntos en lo que queda del campeonato para intentar ascender. Es decir que en menor cantidad de partidos habrá que obtener más puntos de lo que hicimos hasta ahora. Para hacerlo más gráfico, Huracán tiene 11 puntos en 11 partidos jugados, es decir que consiguió un 33,33% de los puntos que jugó. Le quedan nueve partidos, el de Temperley que está prácticamente ganado (tóquese cabalísticamente) y 8 encuentros más, debería al menos subir su efectividad al 66,66% en lo que resta del torneo para mantener sus expectativas.

La cuestión numérica se presenta compleja pero con una salida clara: ganando se soluciona. El problema que los números no muestran, o por lo menos estos números, es lo que pasa dentro de la cancha y eso no tiene una única interpretación.

Yo no concibo como este equipo, que nombre por nombre pareciera ser siempre superior a sus rivales, muestra tan poco fútbol dentro del campo. A diferencia de varios análisis que pude leer del partido del otro día, creo que el globo no jugó bien en ningún momento y que arrastra ese bajo nivel desde hace mucho tiempo ya.

Aquella idea que pregonaba el equipo que lo llevó al desempate con Independiente parece haber desaparecido, ese estilo ese juego vertical, punzante y solidario se modificó y ahora se presenta otro amarrete, sin profundad, ni sorpresa. Se volvió a practicar mucho el pelotazo y no aparecen las sociedades entre los habilidosos. Se lo ve a mucho a Vismara yendo hasta la línea de los defensores a pedir la pelota pero su distribución no es buena, como no es bueno el nivel de Toranzo, al que yo pondría a jugar los últimos 30 de cada partido únicamente. Espinoza no esta tan afinado, ni Martínez tan dañino, aunque es el más peligroso del ataque. La defensa tiene momentos buenos y después se come goles como los del otro día que un tipo pasa dos veces entre dos jugadores, o un centro, de una pelota que solo persiguió el 3 ellos y fue interceptado por un tipo en soledad en la puerta del área chica. No sé. Me da la sensación de que en el torneo pasado, las cartas ya estaban echadas y se jugó sin presión y allí supieron responder (hasta el partido final), pero ahora con todo por delante, con la responsabilidad puesta sobre ellos, se hacen caca encima.

Huracán necesita que estos jugadores se conviertan en hombres y ganen los partidos que tengan que ganar. En el torneo no sirve el empate, como en la Copa, solo vale ganar. Tienen que salir a buscar los partidos y encuentran la diferencia no meterse atrás, sino buscar el segundo y tercero. Eso es Huracán, ya deberían saberlo. Cada vez que intentamos especular nos vacunaron, por eso, hay que sacarse los miedos de encima y buscar los partidos como si fueran los últimos de sus vidas, porque si Huracán no gana, quizá lo sean. ¿¿O creen que los van a contratar luego del mayor fracaso de la historia??