Dícese del pleno en el bowling o cuando se derriban todos los palos de una sola tirada. En fútbol se expresa: ¡La recachuza del brontosaurio hembra! Sí, dese animal antediluviano que se cansó de mearnos durante toda la noche. Porque no llovió H2O, cayó orina de PH ácido a baldazos. Juro que jamás vi en toda mi vida encuentro alguno con tantos remates en los palos adornados con veintena de situaciones de gol. Imposible de creer, aun siendo de Racing.
El partido frente a la crema superó todo lo imaginable. El gol estaba al caer, maduró y maduró pero se pudrió colgado del madero ¿Ineficacia, egoísmo, mala suerte, ausencia de mente fría? Qué se yo… Estaba todo servido en bandeja para quedar como escoltas. Pero no, nos atragantamos los gritos y quedamos en ayunas.
¿Hubo errores? Sí, dos… y fueron goles. Uno de Grimi y otro de Lollo. Curiosamente, Licht (ese a quien puteábamos tanto) fue figura en el lobo frente a Vélez ¡Lo único que nos falta es que Corvalán permute cascos por pies! Muy flojito lo del arquero Ibáñez, quien no se halla a la altura de suplente en equipo grande. El chino venía derrapando pero, aun lesionado, habría hecho un papel más decente. El medio corrió, luchó, quitó y distribuyó y la delantera fue punzante; hirió pero no de muerte. El arco mide siete metros con treinta y dos centímetros y un poste quince centímetros. O sea, es más probable que la bocha entre a que se estrelle en cualquiera de los tres palos. Bueno, hicimos media chuza. Creer o reventar. Esta constante ineficacia también puede catalogarse de error. Pues aquí disiento a medias: el egoísmo es grosero desacierto en un deporte de equipo y hubo un par para el cuadrito. No obstante, en otras falló la puntería o el arquero fue una muralla. Aquí no podemos bajar el pulgar; el mejor delantero de todos los tiempos no acierta el ciento por ciento de las veces; debe arriesgar. El defensor todo lo contrario. Ni hablar del arquero.
El encuentro pintaba para goleada pero empezó a oler mal cuando Acuña se lesionó feo. Baja importantísima en este nuevo Racing. Entre Gastón Díaz y él tenían a maltraer a la crema por el carril derecho. Esto se diluyó a los treinta y dos minutos del primer tiempo. Dicho sea de paso, no me convenció el cambio: habría preferido a Castillón. Sin embargo, todos en el estadio teníamos la sensación de que nos quedaríamos con los tres puntos. El dominio era amplio, quizás el mejor partido del campeonato. Bou aprobado, pero Milito no estuvo fino y Centurión demasiado empecinado en la individual.
Hay que tener presente que Rafaela siempre nos resultó un rival adverso. Tan difícil que nos lleva un partido en el historial. Y este finde, la crema fue una sour cream para estómagos con intolerancia a la lactosa. Empero, nos queda el consuelo que el equipo jugó correctamente y que sólo hay seis puntos de diferencia con el puntero. Claro, podríamos haber quedado a tres pero ya es tiempo pasado. Todavía no está dicha la última palabra. Quedan veintisiete puntos por jugar. Esperemos que se acaben los palos en las ruedas.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
