Señores, Guillermo juega a esto. Y nos guste o no, es un ganador nato, de aquellos que no van hacia atrás ni para tomar impulso. Y fue por ello que nos llevó a conquistar la Sudamérica poco menos de un año atrás. ¿O acaso salió a defenderse en el Monumental? ¿O fue a Paraguay a especular con un empate? ¿O no lo vimos todos ir a buscar dos finales a Brasil?
Es cierto que el partido del viernes se ganaba bien. Pero también es cierto que hasta el 2-0 el rival había complicado nuestra defensa y mucho. ¿Pero vamos a condenar este equipo por no haber podido cerrar el partido? No sé ustedes, pero yo me niego hacerlo. Pero claro mi apoyo incondicional no es ciego. Sé ver las falencias sufridas ante el equipo “Tombino”. El caso de Araujo, por ejemplo, fue algo curioso, un gran jugador, que no nos tiene acostumbrados a fallar en la marca de ese modo.
Se podría haber ganado con holgura, pero también se podría haber perdido. Y es ahí cuando me termino de volver un incondicional. En el peor momento del partido el tipo les grita a sus jugadores que hay que atacarlos, que hay que ser agresivos. Te empatan un 2-0, te expulsan al primer zaguero central y como si fuera poco te lo dan vuelta. Igualmente, contra todos los pronósticos, el DT mantiene en cancha a los tres delanteros y logra que lo empaten. Y es en ese momento que mi bronca se convierte en comprensión. Toda esa bronca o tristeza se convirtió en ¡¡¡APOYO INCONDICIONAL!!!
P.D.: Muchas gracias Guillermo… Vos nos diste la gloria, vos nos diste alegría.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO GRANATE