Este lunes de Septiembre, en el Cilindro de Avellaneda, se produjo el retorno del hijo pródigo. Tras una temporada espectacular, siendo doble goleador y campeón del Torneo Final; las ganas de jugar el Mundial de Brasil lo enceguecieron y agarró una oferta interesante para irse a jugar al extranjero, con el cuento de que una vidriera diferente de la del fútbol local lo ayudaría a meterse entre los 23. La historia ya la sabemos todos, y tras sus pasos por el Inter de Porto Alegre y el Sunderland inglés, volvió a Rosario, al Coloso, a su casa. A calzarse la 32 rojinegra.
Tras unos primeros partidos en los que se lo notó falto de ritmo, fastidioso hasta consigo mismo, hoy volvió el Nacho que todos queremos. Movedizo, habilidoso, complicado de marcar, punzante, letal. Siempre pidiéndola para llevar peligro al área rival, tanto en sus pies como asistiendo a un compañero. Tu bronca al salir con una molestia es la bronca que todos los que amamos estos colores tanto como vos sentimos. Y también es un llamado de atención al preparador físico. ¿Qué hay detrás de tantas lesiones musculares?
Yendo un poco más al partido, nos encontramos con un rival que contradijo todo lo que suponíamos. Atravesando un mal momento futbolísticamente, nos esperábamos un partido más tranquilo y terminamos sufriendo demasiado por un mal partido en la faceta defensiva y muchas imprecisiones. Por suerte teníamos uno del Rojo en el arco…
Lamentablemente, se perdió una chance de acercarse al puntero, que por su juego hasta ahora es muy factible que se despegue. De todas formas, este torneo trae siempre sorpresas. Y la esperanza, como siempre, es lo último que se pierde.
ADELANTADO LEPROSO - @Fran_Cinelli