Habían dicho que este semestre se iba a ver un Olimpo distinto. Que jugar sin descensos iba a descomprimir a nuestros jugadores y que estos iban a estar menos presionados. Que íbamos a ver un equipo menos mezquino y no tan conservador. Que no podemos ponernos a la altura de Newell´s o Boca, pero que con clubes como Atlético Rafaela todo iba a ser distinto.
Habían dicho que éste semestre iba a ser el momento ideal para que los chicos del Club empiecen a forjar su camino en Primera. Que Vidal la estaba rompiendo en la pretemporada, que mostraba muchísimas condiciones y que se había ganado un lugar. Que Orozco, Lincopán y Otero seguían su camino.
Habían dicho que Olimpo estaba para cosas más importantes que pelear entre los últimos puestos de la tabla. Que íbamos a luchar por ingresar a alguna Copa internacional. Que era el momento de pegar el salto, como alguna vez supo hacerlo Godoy Cruz, por citar un ejemplo.
Sin embargo seguimos siendo el mismo equipo de siempre, el que le cuesta desprenderse de los últimos lugares de la tabla. Seguimos jugando de la misma manera que lo veníamos haciendo la última temporada. Abusando de los pelotazos y apostando a la suerte. Se le continúan dando miles de oportunidades a jugadores como Borja, Mansilla o Cobo, que en unos meses no van a querer seguir más en el club, díganme ustedes: ¿cuál es el negocio?
Yo no pido cambios bruscos. Tampoco voy a caer en el error común de pensar que los pibes no están a la altura, y así no ponerlos nunca. No pretendo que de la noche a la mañana el entrenador suba a diez chicos de la reserva a jugar en el primer equipo. Pero realmente prefiero que los goles que se erra Borja los intente meter Vidal. Que Lincopán, el chori Vega o quien quieras que sea intente tener más participación que Mansilla. Pero que sea del Club. Porque son los del Club los que el día de mañana se van a querer quedar a defender nuestros colores. Porque son los del Club los que van a querer volver cuando les toque irse.
Siempre fui defensor de la gestión de Alfredo Dagna, y lo seguiré siendo. Pero así como alguna vez lo aplaudí, hoy considero que hay situaciones que a esta altura son indefendibles. Perazzo debe cambiar y no lo hace. Y Olimpo pelea todo desde atrás. Y todo parece ser como antes.
Algunos dicen que hay que esperar, que al entrenador hay que darle tiempo, y festejan un empate arañado de milagro como si fuera oro. Yo imaginaba y esperaba otra cosa. Seguiré ilusionado esperando. Pero por favor, no me digan iluso por tener una ilusión.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO AURINEGRO - @joaquincamicia