¡Buenos días, tardes y noches, estimados hipotéticos lectores adelantados! Otra vez el banderín irresponsable me convoca para describirles semana a semana, las sensaciones que produce en mi pobre persona el derrotero del primer equipo de UNION es Santa Fe por este torneo que todavía no se cómo carancho se llama, cómo se juega, cómo son las zonas, cómo se jugará si es que hay un clásico, y todo matizado por el deceso del Don Julio y eso, eso. Para no ser menos, arranco una semana tarde, aunque poco importa, ya lo vivido fue idéntico en cada una de las dos fechas pasadas.
Tuve hace unos años, un autito de fabricación nacional, estimado lector, que cada vez que necesitaba arrancar requería el uso de un martillo. La mecánica era más o menos esta: me ilusionaba con salir; decidía dónde; intentaba arrancar; desistía; agarraba el martillo; levantaba el capot y le pegaba al burro. Después de todo esto, arrancaba el poderoso y me llevaba. Simple ¿no? En fin, todavía recuerdo las broncas que levantaba por lo que le costaba arrancar a ese pedazo de lata. Pero como lo quería...
Creo que se acerca de alguna manera a la desazón que siento en este momento, pasadas dos fechas, y ver que el equipo no arranca. Casi lo mismo que el poderoso. Casi es como ver el reloj y decir: "esto ya empezó y si no arrancamos ahora, vamos a llegar tarde". Lo cual, ante cada intento, hace que aumente esa sensación, hasta que por fin… empecemos a recorrer el camino.
Llevamos dos jugados, dos perdidos. Pero todavía hay tiempo para arrancar… vamos que estamos para otra cosa, no para levantar muertos… de verdad. El pueblo Tatengue, va a acompañar como siempre, en un coqueto 15 de abril remozado o dónde sea, como siempre y más que nunca, de eso no quedan dudas.
Y retomando la analogía, resta que el equipo arranque. Si fuera mi poderoso, sabría dónde golpear el burro… en el caso de UNION, todavía no se cual es el burro, por eso no saque el martillo, je.
Párrafo aparte, mas allá de toda razón, no pude evitar que mis ojos se humedezcan con esa rara mezcla de orgullo, pertenencia, pasión y ese plus inexplicable cuando mire, tanto en san francisquillo la semana pasada, como en casa este domingo, a ese pueblo Tatengue que reventó las tribunas y que demuestra que esta pertenencia crece año a año, así como lo hace el club.
Unionistas, alentemos sin parar como sabemos hacerlo, que esto recién empieza y a veces arrancar cuesta un poco. Sino pregúntenme del poderoso. Lo que importa, estimados, es que ahí estaremos, mirando a el/la de al lado con una señal de complicidad, esa que dice "vamos Tate todavía". Simple, ¿no?
ADELANTADO TATENGUE - @adelantadoUnion