Esta vuelta al ruedo dejó algunos sinsabores. Creo que todos vamos a coincidir en que lo mostrado por nuestro querido Pincha ayer fue pobre, y estuvo muy por debajo de las expectativas que habíamos depositado en el equipo de Pellegrino. Ahora bien, desde este espacio siempre intentamos contextualizar los hechos y analizar el por qué. Si esperan leer una nota acribillando al DT por el planteo, a los jugadores que no anduvieron y a los refuerzos que no se adaptaron, podrán hacerlo en los matutinos platenses. Aquí no.
Partamos de una base: si analizamos la formación que inició el partido de ayer, había cinco jugadores que no fueron titulares el semestre pasado, y nada menos que en puestos claves. Silva en lugar del enorme Rulli; Goñi teniendo que hacer las veces de Silva, con características muy distintas; Ré en lugar de Schunke, uno de los puntos altos del torneo pasado; Aguirregaray, sin continuidad y jugando en un lugar que no le es habitual; y Cerutti, recién llegado, reemplazando a Franco Jara. Si a ellos le sumamos que Román Martínez jugaba solo cuando no estaba Verón, estamos hablando de más de medio equipo renovado. Si a esos nombres les sumamos a Prediger, Graciani y Carrasco, que entraron en el segundo tiempo, podemos decir que el equipo que terminó jugando el partido del debut no tiene casi nada que ver con el que cerró el Torneo Final frente a Tigre. El cambio iba a ser inevitable.
Entonces, antes de insultar cual plateísta panqueque, los invito a analizar y a hacer memoria. No se le puede pedir a este equipo nuevo que mantenga la solidez mostrada en el torneo pasado. Tampoco se le puede exigir que tenga los movimientos aceitados y que se conozcan como si tuvieran treinta partidos juntos. Todo eso, mis amigos, forma parte del rodaje. Este proceso que se inició ayer es el mismo que hace un año, cuando Pellegrino llegaba con una mano atrás y otra adelante. El DT deberá trabajar a estos jugadores como lo ha hecho con los que se fueron, y así generar, nuevamente, un equipo sólido, con una idea clara, que sabía exactamente sus virtudes y defectos.
¿No se le puede exigir a Estudiantes, entonces, que se parezca más al del torneo pasado? Claro que sí, y a eso apuntamos. Pero con paciencia… El medio nos lleva a exigírselo hoy mismo, y eso no puede ser siquiera considerado. Confiemos en el técnico, que demostró que tiene clara la identidad de equipo que quiere. Confiemos en los jugadores, que demostraron que de pibes sólo tienen el documento. Y, por último, confiemos también en los que han llegado, que se adaptarán a la idea y a lo que es Estudiantes.
Sabemos que estos procesos no son rápidos. Debemos ser conscientes que hubo un cambio rotundo de nombres propios, pero nosotros, más que nadie, sabemos que sólo en el diccionario, “éxito” está antes que “trabajo”. El proceso está en marcha.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon