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14 julio 2014

MIRADA BIANCHISTA


14 julio 2014

DE ACIERTOS, ERRORES Y LA PUTA SUERTE

Si algo no debería faltar en un manifiesto bianchista es sentido común. Por eso, intentaré un análisis sin considerar una cuestión tan vital como azarosa, que es perder una final 1-0 en el minuto ciento dieci no sé qué.

Si hablamos del planteo y las decisiones de Sabella y compañía, sería de necio no reconocer los muchos aciertos que tuvo el DT. Por empezar, su bajo perfil y seriedad, condiciones fundamentales para validar su trabajo y autoridad. Asimismo, no se casó con ningún esquema. Tampoco le tembló el pulso a la hora de poner y sacar a cualquiera. Con el correr de los partidos el equipo fue encontrando un rumbo, guste o no el estilo elegido. También consiguió hacerse fuerte atrás, aunque no contara con grandes figuras para algunos puestos. Y acertó con algunos jugadores en los que él solo confiaba.

También hay que decir que el equipo, de tan táctico, por momentos pecó de amarrete. En la primera ronda sin dudas, aunque no merecen mucho análisis esos tres partidos que sacando una locura, como la de Bielsa, siempre se pasan de una forma o de otra. Ahora bien, en los partidos importantes una cosa es jugar concentrado, sin dejar espacios, con un equipo corto que presione desde la salida del rival con los volantes y delanteros; y otra es esperarlos en los últimos 35 metros. Siendo Argentina, con el nivel de jugadores que existe acá, el hecho de regalar el protagonismo es demasiado riesgoso. Se podría haber rifado menos la pelota. Esto trajo aparejado otro problema, que fue el de dejar aislados a los dos delanteros. Problema que intentó modificar con un 4-3-3 de último momento. Esquema que nunca convenció al DT pero que probó hasta en la mismísima final sin resultados y provocando que el equipo se haga muy largo. El pragmatismo extremo a veces puede terminar en desconcierto.

Hablando de desconcierto. Hoy se confirmó lo que muchos sospechábamos: que Messi es el jugador más hábil del mundo, pero que no se pondrá nunca el equipo al hombro, y por ende, nunca será el más grande de nada. Si quiere caminar la cancha cuando el rival tiene la pelota, que la camine. Ahora, que se esconda, que no la pida, que esté apático, sin dar una indicación a nadie, ni un mensaje de aliento, ni una puteada, ni nada... dejame de joder. ¿Para qué es el capitán? ¿Para hacer el sorteo? ¿Para la foto? Si no la sentís, devolvele la cinta a Mascherano. No podés jugar una final del mundo como si fuera un amistoso. Y menos si sos el tipo más habilidoso del planeta. Sin ser el mejor de todos, pero con la misma responsabilidad, la misma crítica aplica para Agüero.

No me quiero olvidar de la suerte, que en un Mundial juega un factor clave. El azar en el sorteo, en el grupo, en la llave, y en un alargue con un tiro en el palo, nos ayudó muchísimo para llegar cómodamente a cuartos de final. A partir de ahí fue victoria, empate y derrota, a medida que creció el nivel del rival. Pudimos haber quedado en el camino temprana y trágicamente como también estuvimos a una jugada del destino de levantar la Copa. Por eso, desde esta columna bianchista que intenta lograr un análisis equilibrado, no diremos nunca que fue un fracaso porque "de los segundos no se acuerda nadie", como repitieron a lo largo de la historia desde Bilardo hasta el último bilardista. Ni caeremos en el filosófico análisis de que si no se hacen veinte pases seguidos, no es fútbol, como parafrasean los líricos.

El Mundial dejó muchas cosas buenas que vale la pena tener presente para seguir construyendo un equipo sólido y confiable. Y también dejó en evidencia ciertas falencias y varias enseñanzas que sería bueno ajustar para que de cara al futuro, como dijo el Virrey alguna vez, los méritos sean tantos que los éxitos lleguen más allá de la buena fortuna.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO BIANCHISTA

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