¿Cómo anda la deprimente banda de hinchas de selecciones chicas? ¿Así que durante un día te hiciste el negro y alentaste por Nigeria y Argelia? ¡¿A quién querés engañar?! Si para ser negro te faltan, de mínima, 11 centímetros de largo y 4 de ancho. Es más, si tienen huevos haciéndose los africanos, quiero verlos mañana desde las 7 de la matina vendiendo relojes y pulseras en el centro, ¡paquetes!

Bueno, vamos a lo mío, a la razón por la cual le saco 50 lucas verdes a estos pánfilos:

A las 13, lo que todos esperan: juega la Selección Argentina. Tranquilos, giles, que gana 2 a 0 con doblete de Lavezzi, quien al festejar muestra una remera con la siguiente inscripción “Soy gay, no rompan más las pelotas”. Totalmente desorientadas, las mujeres adoptan a Di María como nuevo sex-symbol. Apenas terminado el partido, los suizos deciden devolver toda la guita en negro que se encuentra en sus bancos, la Argentina se vuelve potencia mundial en una hora y compra a Colombia, duplicando sus chances de campeonar.

A las 17 juegan Bélgica y Estados Unidos. Los yanquis pierden 3-0, situación que aprovecha el Gobierno de Cristina y empapela el país con carteles que dirán “Fondos buitres: cuélguense de esta belga”. Por su parte, Macri declara duelo nacional y propone hacer un metrobús desde el Obelisco hasta Washington para facilitar el consuelo con “nuestros hermanos norteamericanos”.

Para el cierre, les dejo una frase que me dijo Gary Medel antes de subirse al avión: “en Chile los vicepresidentes no afanan, porque si tienen que dar un paso al costado, se caen al Pacífico”.