SIN EQUILIBRIO, PERO SE GANÓ
Se arrancó ganando que era lo importante. Argentina tenía una final en el primer partido. Era una final porque de no suceder nada extraño de ahora en más, este partido definía el primer y el segundo puesto del grupo.
Fueron dos equipos muy distintos. Por un lado, el del primer tiempo con los cinco defensores parados en línea y estáticos y un mediocampo sin sorpresas ni cambios de ritmo. Messi la tenía que ir a buscar al lado del cinco para desde ahí intentar algo. Este esquema desperdicia lo mejor de los mejores jugadores (Di María, Agüero, Messi) y hace acordar a las peores versiones de las selecciones de Batista o Maradona.
Este sistema 5 – 3 - 2 quedó enterrado para siempre después de la primera mitad y fue el propio Sabella quien lo reconocería después.
Los dos cambios del entretiempo le modificaron la cara al equipo, le entregó a Gago la misión del primer pase que limpie las jugadas, la oportunidad de que Messi reciba la pelota cerca de los últimos metros y en velocidad, y le aumenta las opciones de pase y combinaciones a los delanteros.
También es cierto que sólo Sabella sabe como están los jugadores. A varios se los notó bajos de nivel, cansados al final y sin personalidad para pedir la pelota o mostrarse como opción de pase al compañero.
Se irá creciendo y con el resultado de ayer se asegura un muy probable cruce con Suiza en octavos, por lo que el técnico tendrá posibilidades de consolidar el equipo que jugó en el segundo tiempo que todo parece indicar es el equipo que Sabella tenía en mente.
Muchos equipos en los mundiales arrancaron así y se fueron consolidando con el correr de los partidos, lo que nunca pasó en la historia es que un equipo juegue como lo hizo Holanda durante siete partidos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO BIANCHISTA
