Pasó el olvidable triunfo de Argentina ante el poderoso Irán (?). El equipo de Sabella fue una lágrima, nos hizo llorar a todos, pero sobre el final, para envidia de los brasileros y de Barack Obama, Messi le clavó un bombazo a los iraníes.
En nuestra redacción, el bilardista se está por tatuar la cara de Sabella en el pecho, el menotista a punto de irse del país y el bianchista se ríe y sólo espera los penales.
Te ofrecemos las tres miradas para que saques tus propias conclusiones.