Duro comenzar a escribir acerca de la realidad del Verdinegro sanjuanino por estos días. Un par de semanas pasaron de la última nota. Un par de semanas en las que pasamos de la ilusión del ascenso, a la utopía del ascenso y a la fácticamente imposible oportunidad del ascenso.
En notas anteriores había referido destacado algo de San Martín que se mantuvo tanto en su anterior paso por la B como en sus dos temporadas en Primera, y eso fue su costumbre de tener furiosos sprints finales que terminaban dejando una excelente imagen del equipo, más allá de la posición en la que terminara. Entre ingenuo y esperanzado, me había aferrado a esta idea, lo que profundiza aún más la desilusión por ver a un equipo que deambula en la cancha, que no corre, que no mete; un equipo resignado a lo inevitable y que empieza cada partido esperando a que se termine rápido la agonía de esta última etapa del campeonato que nos demostró que no estábamos a la altura de las circunstancias.
Ahora sólo queda pensar en el próximo torneo, que vaya a saber uno cómo irá a ser. Por 2, 3 o 10 ascensos…Lo cierto es que en este momento sólo se siente la necesidad de parar la pelota y encarar la atípica última parte del año que nos queda, esperando en el 2015 volver a ser parte de la elite del fútbol nacional.
Párrafo aparte merece la salida de Jorge Miadosqui, quien durante mucho tiempo fue el Presidente del Club Atlético San Martín de San Juan y quien fue también el gran artífice de que hoy podamos estar hablando de un Verdinegro siempre protagonista en el fútbol argentino, ya sea en la B Nacional o en Primera División. ¡GRACIAS, JORGE!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO VERDINEGRO
