Ya no voy a pensar en esos malditos puntos que dejamos en el camino, ya me olvide de la última jugada del partido contra Villa San Carlos, no me importa lo que pasó durante las primeras diez fechas y ni me acuerdo el apellido de los que se fueron cuando la cosa pintaba fulera. No hay pasado, ni cercano, ni lejano, todo lo nuestro está adelante.
Son cuatro pasos dificilísimos, pero ya nadie duda de lo que son capaces de dar estos muchachos y esté cuerpo técnico, que a fuerza de trabajo ha sabido aprovechar al máximo las virtudes, individuales y colectivas, de los jugadores proponiéndoles un juego inteligente, pragmático (que no siempre sale) y sacando todo ese amor propio que les costaba demostrar en el campo de juego.
Costó muchísimo llegar hasta acá, fue muy irregular el camino, todos tuvimos altibajos en nuestra expectativa, pero el torneo y los resultados nos mantuvieron vivíos hasta llegar a esta instancia. No podemos fallar, hay que meter poker y el sueño se va a cumplir. No tengas dudas globo, que se puede.
El próximo partido del jueves es la principal llave para entrar en la recta final bien perfilados. Hay que ganar en el Ducó e igualar la línea de Independiente en la tabla. El rojo e Instituto juegan entre sí, y a priori, si bien tienen que jugar uno menos que nosotros, les queda un fixture más difícil.
Estos jugadores tienen la posibilidad de alcanzar una posición en la que nunca estuvimos a lo largo de estos tres interminables años, de lograr desactivar las bombas intestinales de angustia con la que cargamos miles de quemeros y de llevarse consigo un sentimiento inigualable con ellos: la gloria de haber logrado algo en un club grande y el cariño de la gente la de Huracán. Un afecto que los puede acompañar toda vida y del que van a dar cuenta cada vez, de las muchas veces, que les van a pedir un beso, un abrazo y una foto o quizá cuando solos, en algún rincón del país, vean un globito pintado en la pared.
Todos sabemos lo que vamos a sufrir en estos cuatro partidos, sin embargo, tratemos de disfrutar, de contagiar alegría y optimismo, de dar aliento y de soñar con volver, porque la meta está muy cerca y es posible alcanzarla.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO QUEMERO - @1mtrQuemero