Cuando todo es bronca, fastidio e impotencia, cuando más cuesta pensar y aclarar la mente, es necesario parar la pelota, respirar profundo y separar las cosas, para que el análisis cobre sentido.
Después de la derrota de ayer, se termina la ilusión y la chance de llegar a los más alto. Todo parece no servir, las virtudes se disfrazan de defecto y todo el recorrido para inútil. Pero cuando todo cuesta es cuando más hay que poner.
GIMNASIA construyó esta campaña enorme por diferentes motivos, pero principalmente por su técnico y por este grupo gigante de jugadores que hace un año volvía a primera y que hoy, con los mismos nombres, quedó cerca del título y metió al club en una copa despúes de ocho años. Desde acá, lo único que queda por decir es gracias.
Sin embargo estar conformes no es estar contentos. Negar que esta campaña va a quedar guardada en la memoria sin dolor, es negar la realidad. Otra chance se nos fue y lo que hay que hacer necesariamente es no mirar para los costados y hacerse cargo que la derrota es nuestra, propia. Cuando había que ganar no se pudo y eso al final de las cuentas se paga caro.
Ya está, es una batalla perdida pero la guerra continúa. Hay que seguir apostando a Pedro y a este grupo de jugadores que, sin dudas, tendrá otra chance. Y será ahí cuando nos tiene que encontrar unidos y fuertes para subirse a ese tren y no bajarse más. Queda llenar el BOSQUE el domingo y aplaudir a este grupo de hombres . La adversidad no nos vence, nos retempla, hoy y siempre.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TRIPERO
