Fundamental para la existencia y encargada de hacer circular vida por todo el sistema, es contenedora de la información genética que determina las relaciones biológicas entre los individuos. Con una pequeña muestra de ella, alcanza para despejar con exactitud dudas tales como, por ejemplo, las que pueden surgir en torno a la paternidad. Esas son características de la sangre, roja como Argentinos Juniors con quien Quilmes mantiene un indudable lazo de paternidad eterna.
Como un buen hijo debe hacer, el Bicho de La Paternal vino al Estadio Centenario a donar plasma para su necesitado padre, y el resultado fue un incremento enorme en la esperanza de vida del Cervecero, que parecía tener los días contados. El proceso no fue sencillo, ya que el delicado estado clínico del viejo Quilmes lo llevó a sufrir algunas fallas orgánicas que complicaron de a ratos la transfusión, pero fueron superadas por la fuerza creciente de un corazón con muchas ganas de seguir latiendo.
Aunque con un pronóstico reservado, que no depende solamente de su propia evolución en el tratamiento sino también de algunos factores externos que pueden influir en su resultado final, el Decano puede decir que no está muerto quien pelea. Hoy, en nuestra propia sala de espera, los amantes de La Blanquita soñamos con que todo salga bien; que Quilmes defienda su vida con lágrimas, sudor y sangre, y que en poquito tiempo podamos mirar para atrás y hablar de que se sufrió pero se logró burlar a la muerte. Las esperanzas vuelven a correr por nuestras venas.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO - @adrian28qac