El sábado funcionó todo. El técnico hizo un planteo que los jugadores supieron interpretar y ejecutar. No tuvieron miedo en ceder la pelota y el terreno, en esperar bien plantados a Banfield, contenerlo e impedir que llegue con profundidad y claridad, a pesar de sus múltiples recursos ofensivos. Sinceramente no se que hubiese pasado si el Pity no sacaba ese remate, no sé si Huracán hubiera podido aguantar todo el partido en ese esquema, pero la verdad ya ni me importa.
Lo cierto es que Huracán le ganó a uno de los dos mejores equipos del campeonato con claridad, contundencia, personalidad, inteligencia y sacrificio. Estos atributos que supimos reclamar a lo largo del torneo son lo que se deberían consolidar en los próximos 10 o 12 días donde Huracán debe jugar cuatro encuentros, dos tercios de los partidos que le quedan. Los rivales son Villa San Carlos, Sarmiento, Douglas Haig y Talleres de Córdoba, aunque Huracán debería pensar que está jugando contra San Lorenzo, Boca, Barcelona y Bayer Munich, que no puede regalar nada, que no puede haber desconcentración, ni excusas, ni nada. Cada partido deberá ser para Huracán una final del mundo contra Brasil de visitante y con el árbitro bombero. En serio, no se puede subestimar a ningún rival, ya de por si todos le quieren ganar a Huracán y si encima viene el ayudín de los Moyano o de los Grondona, nuestros rivales van a estar más adornados que Maxi Lopez.
Este es el momento que venimos soñando, esta es la oportunidad que venimos buscando desde hace tres largos, larguísimos, años. Todos desde nuestro lugar debemos dar nuestro mayor esfuerzo para que Huracán vuelva a primera, demostrando nuestra grandeza y nuestra guapeza. Contra los pronósticos, contra los resultados, contra la plata, contra todo y contra todos, Huracán carajo!!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO QUEMERO - @1mtrQuemero