Independiente encontró, frente a San Martín de San Juan, un poco de oxígeno en una etapa muy complicada, en la que venía todo cuesta arriba.
El mal momento no terminó, la crisis no culminó, pero esta reciente sonrisa puede significar un nuevo punto de partida para construir algo positivo, tal cual sucedió a fines de 2013.
A menudo, en este espacio dedicado al hincha por Un Metro Adelantado, me refiero a la identidad del club y pongo énfasis en las formas, más allá del resultado.
Dejando de lado el triunfo del viernes y la imperiosa necesidad de los tres puntos, me interesa resaltar el cómo, situación que generalmente me desvela. Independiente fue Independiente y eso me importa mucho más que una victoria (por más clave que sea).
El Rojo presionó, fue protagonista, fue ofensivo, ejerció el predominio del balón y, de esa manera, consiguió ganar. Desde ya, con muchas cosas para corregir aún, como los incesantes desacoples defensivos y la carencia de equilibrio en la mitad del campo.
De cara a la dificultosa recta final del Nacional B, esto significa una luz de esperanza, por el hecho de haberse reencontrado con parte de nuestro ADN como institución.
No será fácil, habrá una lucha hasta último momento, pero quiero ver un equipo que me represente, que represente la historia. Si el resultado no llega hoy, llegará mañana, pero a nuestra forma, respetándonos, respetando el nombre de INDEPENDIENTE.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra