NOVEDADES

13 mayo 2014

EL ÚLTIMO SALILERO


13 mayo 2014

Creo que en alguna oportunidad hable, en este mismo espacio, acerca del genial cuento del lamentablemente fallecido negro Fontanarrosa en el cual se describe a una sufrida parcialidad futbolera que el enorme negro llamo ¨los salileros¨.

En este cuento, un sobreviviente de esa hinchada cuenta como su equipo transita un camino de desventuras hasta quedar reducido a la minima expresión, y como la hinchada aguanta y acompaña al equipo en este tortuoso devenir, sin importale nada más que la casaca otrora gloriosa que representa.


Y a veces, después de comerme un garrón como el del viernes, y luego del correspondiente desahogo, se me viene a la neurona ese cuento, mezclado con por ejemplo, "el cuadro de Raulito" o tantos otros escritos que hablan de lo más hermoso que tiene el fútbol, que es el amor y a pertenencia a un equipo.

Y generalmente, me pongo a escribir estas apostillas, estimad@ lector, tratando de decir de manera nueva siempre lo mismo: Amor a los colores. Pasión por la casaca. Amor a la institución. Sentido de pertenencia a un pueblo que aunque sufrido, sigue acompañando a un club, al que considera el más grande y el único porque ese es el espacio que ocupa en sus vidas, trasversal por completo, rayano en lo irracional, porque así es la pasión y el amor. ¿O acaso  alguno de ustedes, al ver la combinación de rojo y blanco en cualquier cosa,  no esboza automáticamente una sonrisa? ¿Cuál de los hipotéticos lectores de este momento al ver en cualquier parte alguien portando un distintivo de UNION es Santa Fe no se siente hermanado con esa persona? ¿Pueden resistirse en un bazar a buscar cualquier cachivache con el escudo de UNION impreso de cualquier manera? ¿Pueden estar una semana, o un par de días sin hurgar una noticia, la más minima que sea, acerca del club?

Yo soy Tatengue. Y  humano. También puteo y me acuerdo de la peor manera de las madres y hermanas de los jugadores. También maldigo a los dirigentes ante decisiones que considero erradas. Pero luego siento más que pienso y repito: SOY TATENGUE. Y como tal, me corresponde en este momento alentar. Y como tal, me comprometí a seguir alentando hasta dar mi último aliento. Y la verdad, las derrotas duelen, es cierto. Las oportunidades desperdiciadas duelen, como a todos. Y también  pido que se traspire la camiseta, es parte del acervo mas profundo del hincha. Pero más me duele como a muchos otros algo muy puntual. Así como duele la traición de un gran amigo.

Duele leer, escuchar y ver a la misma gente que hace dos semanas decía ser incondicional en un amor sin excusas, ahora con el diario impreso, con el resultado adverso, sacar a flamear las negras banderas del desprecio y pisotear cualquier migaja de orgullo que alguna vez dijeron tener. La verdad, no hay motivo suficiente que justifique esta actitud. No cuenten conmigo para tal cosa.

Seré uno de los últimos salileros tatengues, así decidí que sea y así viviré mi pasión. Porque va más allá de un resultado, de dos o varios, mi pasión se trata de ese intangible convencimiento de pertenencia que hace que abrace en la tribuna a quien seguro no registro caminando por la calle. A excepción de que lleve algo rojo y blanco, ahí la cosa cambia.

En fin, jugamos el miércoles, dirán los resultadistas casi por nada. A mí en particular, la ansiedad ya me carcome las entrañas. Y si, juega UNION. Y si, aguante UNION por sobre todas las cosas.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE -@adelantadoUnion
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