NOVEDADES

22 abril 2014

LITURGIA DE VIERNES EN ESTADO UNIONICO


22 abril 2014

(Un pedido de perdón a la Santa Iglesia)

En la religión católica siguiendo una antiquísima tradición, en este día no se celebra la Eucaristía y se adora la Cruz. (La familia rojiblanca, en cambio, fue llamada a congregar en el 15 de abril)

En lugar de la Misa, se celebra la "Liturgia de la Pasión del Señor" a media tarde del viernes, de ser posible cerca de las tres de la tarde, hora en la que se ha situado la muerte del Señor en la cruz. Por razones pastorales puede celebrarse más tarde, pero no después de las seis de la tarde. (Coincidencia… hasta ahí, veníamos bien).

Antes de iniciar la celebración, el templo se presenta con las luces apagadas, y de no ser posible, a media luz. El Altar (y los laterales) se encuentran sin manteles ni adornos, mientras que a un costado de éste, ha de disponerse un pedestal para colocar en él la santa cruz que será ofrecida a veneración. (Nuestro templo, el 15 de abril, lució engalanado para una fiesta, como cada vez que el equipo sale a la cancha).

El comienzo de esta celebración es en silencio. (Imposible callar nuestras gargantas). El sacerdote se postra frente al altar, con el rostro en tierra, recordando la agonía de Jesús y los fieles se arrodillan en silencio unos instantes. (En las gradas se salta sin parar, esperando que la manga escupa al primer equipo) El sacerdote, ya puesto de pie, se dirige a la sede donde reza una oración (Eso sí, siempre hay una oración antes de que el equipo salte al verde césped).

En seguida, estando los fieles sentados (je), se proclaman dos lecturas, peticiones y demás.

Después tiene lugar la veneración del Árbol de la Cruz, (¡empieza el partido!).

A continuación los sacerdotes besan la cruz y después todos los fieles. Mientras, se suele cantar alguna canción, la única en toda la celebración. (En las tribunas, el canto es permanente).

El Viernes Santo es el único día del calendario litúrgico católico donde no se celebra la Misa, como luto por la muerte del Señor. Las campanas permanecen mudas, y tampoco el órgano suena, excepto para marcar el tono, y se evita el canto polifónico.

El viernes Tatengue en cambio, celebró a una hinchada inigualable, que se vio correspondida desde el rectángulo de juego, con una victoria que invita a creer nuevamente, con la familia rojiblanca en estado de comunión plena apoyando ese sueño vivido de ser parte de lo más lindo de la vida, que es el amor por estos colores.

Y como yapa, el básquet también aporto lo suyo. Para que el viernes Tatengue sea un viernes de pasión. No justamente la pasión de Cristo, también venerada en familia, sino la pasión rojiblanca, no entendida y muchos menos pretendida de ser explicada.


Que así sea.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE -@adelantadoUnion
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