El del viernes era un duelo directo con otro de los involucrados en la permanencia y se jugó a puro nervio, con el temor a no perder a flor de piel, donde se arriesgó poco cuando las circunstancias propiciaban todo lo contrario. Pese a eso, All Boys fue más que Godoy Cruz, y si bien no hubo orden –salvo en el sector defensivo-, los momentos de vértigo los impuso el Albo que siempre trató de llevar la iniciativa del partido aunque no en muchas ocasiones logró llevar alto riesgo al arco rival.
Hubo puntos altos con Espinoza y Torassa, más la entrega de Calleri arriba, pero es difícil encontrar rendimientos parejos dentro de los 90 minutos de un partido y menos cuando uno va sumando los encuentros jugados. En este caso los análisis individuales vienen de la mano de los colectivos y ambos se destacan por la irregularidad, llevando en ciertos casos esas circunstancias a los extremos, como lo ocurrido contra River y Rosario Central.
Con el paso de los días y las pulsaciones más bajas uno entiende que el partido del viernes no fue bueno (qué generoso estoy), que se generó poco peligro, pero que pese a eso fuimos más que el rival y de haber tenido que existir un ganador ese era claramente All Boys. El 0 a 0 pintó bien la situación que viven ambos y dejó en claro que hasta que la soga no apriete más en el cuello no van a jugársela, a arriesgar más y quemar los últimos cartuchos que queden.
En esta vorágine de partidos pre mundial ya no hay tiempo para quedarse con lo sucedido ni analizar mucho, porque mañana mismo vamos por otra final contra otro protagonista de la lucha por no descender, el irónico puntero Colón, que pese a mantener esa condición, viene de ser derrotado, situación que lo igualó con el Albo en los promedios por lo que este partido es trascendental para ambos equipos y el que gane sacará una luz de ventaja y respirará un poquito más aliviado por lo menos hasta el fin de semana.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO
