Después de eso, el domingo contra Racing era a matar o morir y, como no matamos, quedó la otra opción.
Ya va a haber tiempo para discutir las circunstancias de por qué estamos donde estamos y, si es que hay, señalar a los culpables. Hoy en día, si bien todo apunta a lo mismo, hay que seguir con la esperanza. ¿Sabés por qué existen los velorios? Porque algunas veces, el muerto se levantó del cajón.
Por eso, hay que esperar hasta que finalmente se concrete lo que nadie quiere que ocurra. El próximo partido, contra Gimnasia, otra vez a hay que salir a ganar o ganar. Y si perdemos, se completará la palabra del título y nos pondremos a pensar y debatir sobre lo que pasó y lo que vendrá.
Nada más por ahora, no hay mucho que decir, sólo hay que estar con la cabeza en alto y saber que, a pesar de las odiosas comparaciones con muertes y de todas las pelotudeces que nos quieren hacer creer, esto es tan solo un juego. El lunes que viene, vas a volver a la oficina y la vida va a seguir igual que siempre.
ADELANTADO BICHO.- @patur131