Se pidió concentración, carácter e inteligencia para arrancar la serie. Con menos era difícil sacar un buen resultado contra uno de los mejores equipos de la Copa, hasta ahí invicto. El mensaje llegó a los jugadores y así se jugó.

Las dos famosas premisas para este tipo de partido se lograron. Se ganó y no se recibieron goles en contra. ¿Si con esto estamos clasificado? Contate otro… Falta la parte más complicada. Y con esto ya me perfección en este arte de decir obviedades, o periodismo, da igual. Recién llegamos a la mitad de la carrera y ahora la vuelta es con viento en contra.

La cuestión pasa en cómo salir a jugar la revancha en Brasil. La prisa la van a tener ellos. Hay que jugar con eso, usarlo a nuestro favor. Una especie de aikido futbolístico. Salir a buscar es otra opción. Más riesgosa, pero posible. La que no sirve de ninguna forma es meterse debajo del arco y defender los 90 minutos. Los once del miércoles pasado serán los que salgan en Brasil. Un poco más retrasados. Esperando recuperar la pelota en nuestro campo poner a correr a Correa y Villalba. O tirársela a Matos para que la baje y descargue atrás. Que pasen los minutos y la desesperación de los brasileños sea nuestra calma. Todo este análisis pero en serio lo deben estar haciendo el técnico y los jugadores.