Godoy Cruz venía agrandado y con las intenciones de alcanzar cuatro victorias consecutivas que le permitieran seguir sumando puntos fundamentales para escaparle a la zona de descenso. Pero se encontró con un Gimnasia que tuvo un gran guiño del destino, y esos planes se hicieron añicos en exactamente dos minutos.
El trece fue el número fatal para el Tomba. En ese momento se vino abajo todo. Cuando de a poco el conjunto mendocino estaba empezando a pisar con peligro el área de Monetti, Gastón Díaz encaró un contragolpe y un centro suyo desde 40 metros tomó un rumbo inesperado y se terminó metiendo dentro del arco del Bodeguero.
Godoy Cruz no asimiló bien el golpe y el Tripero aprovechó el mareo de su rival para convertir el segundo gol. Dos minutos después, Pereyra penetró la endeble defensa tombina y facturó el 2 a 0 que serviría para sentenciar la historia.
Porque el Expreso jamás se pudo recuperar de esos dos golpes. Los nervios provocaron que sus jugadores desequilibrantes estuvieran imprecisos y no lograran generar el juego acostumbrado. Tampoco los cambios sirvieron. Se podía jugar hasta que empezara el Mundial que Godoy Cruz no iba a poder entrarle a un Gimnasia que se cerró muy bien atrás, mereció hacer más goles y le ganó merecidamente a un Tomba desconocido que deberá ir a buscar a Santa Fe lo que perdió en Mendoza.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TOMBA