Veníamos bien, la verdad es que el equipo venía levantando, demostrando que además de actitud y garra, le sobra buen pie y efectividad, algo que en los últimos tiempos no pasaba.
Pasaron la Lepra mendocina y Huracán, el equipo mostró su mejor cara especialmente en la fase ofensiva, siendo muy eficaz a la hora de llegar al área rival y además gustando. Siempre a un toque, con dos delanteros (Salas y López) que se complementan a la perfección y son siempre verticales.
Después de tres triunfos al hilo, el verdinegro se topó con un Taladro que lo corrió por toda la cancha, lo arrinconó contra su propio arco y le terminó ganando merecidamente el último partido de la fecha 26 del Nacional B.
Pero siempre hay que quedarse con lo positivo. Aun en la derrota, el equipo muestra fortaleza, especialmente del medio para adelante (a pesar del flojo partido de ayer). Pero claro, no era un rival cualquiera el que San Martín enfrentaba, era ni más ni menos que el puntero indiscutido del campeonato.
Complicado analizar puntos altos con la derrota tan fresca en la cabeza. Momentos de Iván Pérez que es el dueño de la mitad de la cancha y no mucho más. Lo más flojo fue Álvarez, que a pesar del gol frente a Banfield y de que todas las pelotas pasen por él, a la hora de administrar no tiene mucho criterio y regala más de lo que habilita.
Pero nada de que preocuparse, es verdad que se fue una chance inmejorable para quedar cerquita de los puestos de ascenso, pero el torneo es largo, falta mucho y hay con qué volver a retomar la senda del triunfo frente a Villa San Carlos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO VERDINEGRO
