Estos partidos son los que te alegran la semana, los que te permiten sacar pecho y agarrar la agenda de facebook, mail o teléfono y devolver a todos los amargos de tus amigos las cargadas que tenés atragantas hace tanto tiempo. Es difícil el tema del gaste en la B Nacional, no solo por nuestro equipo, sino también porque se hace difícil conseguir hinchas del resto de los equipos ¿de dónde sacas un fana de Villa San Carlos, Sportivo Belgrano, Boca Unidos o Crucero del Norte? Por eso, estos triunfos hay que disfrutarlos mucho y dedicárselo a cada uno de tus amigos o conocidos que tengas del rojo. No importa que sea tu jefe o tu suegro, ellos no te la dejaron pasar le año pasado. Es nuestro momento, invitemos con unos buenos amargos a nuestros amigos de Independiente, ya vamos a tener tiempo de ver lo que pasa por casa y de agarrarnos la cabeza.
Porque a pesar de la alegría, lo que verdaderamente duele es saber que se puede y que no se aprovechan las oportunidades. Huracán esta siempre ahí, histeriqueando con la posibilidad de acercarse a los de arriba y cuando por fin lo tiene, se desploma: tres partidos seguidos sin ganar y después, casi sin poder explicarlo, se despierta en una de las paradas más difíciles del torneo.
Ese es el momento cuando te agarra la indignación, la más profunda bronca y terminas pensando “a la final somos los boludos, le ganamos al rojo de visitante y perdemos puntos de local a lo pavote”. Y si, la cosa es así de irregular, así de lamentable.
Todos sabemos que para ascender, aparte de cierta regularidad, en un momento tenés que pegar una racha de 6, 7 u 8 partidos consecutivos, como los tuvo Central, River, Defensa, Independiente, Banfield o ahora Chicago en la B Metro, y Huracán tuvo la posibilidad de hacerlo y la dejo pasar con Ferro y con GEJ (por nombrar solo las de esta parte del torneo).
De esta manera es muy difícil ilusionarse, porque si bien estamos a 8 puntos de puesto de ascenso, el gran problema, además de la cantidad de equipos que hay en el medio, es que Huracán del mismo modo que te hace grandes partidos y consigue buenos triunfos, hay encuentros en los que parece que ni sale a la cancha y deja en el camino con los puntos que a la larga hacen la diferencia.
Por eso, hay que dejarse de joder y ganar todos los partidos que quedan de local. Todos. No se pueden regalar más puntos en el Ducó y en eso jugamos todos. ¿No les dio la sensación cuando vieron todo el caos que es Independiente que en ese contexto es diez veces más difícil ganar? A mí me hizo acordar mucho a Huracán (y a como venían los rivales a hacerse una fiesta con el clima interno que se vivía en las tribunas). Debemos entender, de una vez por todas, que putear desde el minuto cero no le hace bien a nadie, no suma, que debemos tirar todos para el mismo lado y alentar y generar un clima donde errar un pase no signifique la crucifixión.
Todos necesitamos que el globo gane y afiance su sistema de juego para lograr la tan ansiada regularidad que potencie la confianza y genere resultados. Es innegable que Huracán tiene material para poder lograrlo, sobretodo de mitad de cancha para adelante con la conducción de Toranzo, el juego de Capurro, la velocidad de Defederico y la agresividad de Caruso, pero ya es momento (es tarde en realidad) de dejar las medias tintas e ir por todo, sin pensar en otra meta que ganar el próximo partido, y así, pensando en nosotros, laburando cada partido, yendo por el resultado de mañana, pato a pato, quizás logremos llegar a la recta final más cerca del milagro.
